Teti Gómez, salvadoreña piloto e ingeniera aeroespacial. /Fotografía tomada su cuenta de Instagram


A la salvadoreña ingeniera aeroespacial Teti Gómez no solo le costó tiempo y desvelos incursionar en una carrera dominada por los hombres, sino que su camino estuvo rodeado de comentarios y propuestas indecorosas que ahora forman parte de un proceso que la hizo volverse más fuerte y dispuesta a luchar por los derechos de la mujer.

Gómez repite constantemente “yo también quiero llegar a las estrellas”, una idea inspirada en la misión espacial tripulada de Apolo 11 y que supone la primera caminata del ser humano sobre la superficie lunar.

La salvadoreña habla con modestia de sus orígenes en Ayutuxtepeque y sus primeros años de educación en el Colegio María Auxiliadora. Pese a que su infancia estuvo marcada por el conflicto armado que sufrió El Salvador entre 1980-1992, la piloto asegura que recuerda más los valores y respeto propio que le enfundaron sus padres.

“Tengo pocos recuerdos de la guerra, recuerdo encontrar casquillos de bala en las almohadas” o en una ocasión que había un enfrentamiento y su madre los protegió con su cuerpo, explicó durante una ponencia que dirigió en el marco del Día de la Mujer, evento organizado por Plan Internacional y marcas aliadas como Banco Davivienda.

Gómez sobrevivió a la guerra, a los terremotos, a un accidente de avión en 2001 minutos después de salir del aeropuerto Juan Santamaría Costa Rica, y también sobrevivió al machismo.

“La matemática no es para mujeres”.


Aunque ahora parezca una histórica risible, Gómez recuerda que en una ocasión un grupo de alumnas le pidió a un profesor que les enseñara matemáticas avanzadas y este les respondió que “ustedes no lo van a necesitar”.
Nos tienen que tratar como genios. Como que vamos a cambiar al mundo, se trata de colaborar y no de competir”.

Al graduarse de bachillerato, a sus 16 años de edad, su padre la acompañó a buscar a una escuela de aviación. Al llegar, la persona que se identificó como instructor corrió al salón a retirar un calendario pornográfico, pero “yo ya lo había visto”, añade.

Cuando dicho instructor comenzó a explicarles las clases, primero le preguntó a su padre si eran para él. Gómez recuerda que su padre le dijo que “eran para su hija”, pero volvió a preguntar “para su hijo”.

El padre de Gómez adquirió un préstamo para comenzar a pagar las clases. Pero la salvadoreña recuerda esta experiencia como una mezcla de hacer lo que siempre quiso de pequeña y un acoso constante por parte de sus compañeros.

Teti Gómez participó en el foro Mujeres Imparables, organizado por Plan Internacional y con apoyo de marcas privadas como Banco Davivienda. /DEM


“Comencé a encontrarme con acoso y bullying. Tenía propuestas indecorosas. Mi vida era acoso a diario. Me hacían apuestas indecorosas (…) Pensaban que era una niña inocente. Pensaban que era un trofeo o reto. No renuncié porque pensaba que me iban a sacar de la aviación”, relata.

Así transcurrieron los años hasta que decidió renunciar por el acoso laboral. Sin embargo, no se detuvo. Buscó un programa de becas y recibió financiamiento de Fantel a la Excelencia Académica. Decidió postularse a universidades en Estados Unidos y finalmente concluyó sus estudios en la Universidad de Arizona.

Un alto al machismo.


Esta experiencia le ha valido a Gómez para volverse en la mujer que se volvió. Ha liderado proyectos con el apoyo de la NASA y es autora del libro “Sin límites. La niña salvadoreña que se convirtió en piloto e ingeniera aeroespacial”.

Para la salvadoreña “nuestra tarea es levantar a las niñas de El Salvador”, y enfatiza que las mujeres deben poner un alto, desde un chiste, a los comentarios que resten valor a sus mujeres.

“Tienen que ser valientes y tener el valor de denunciar. Si no les está pasando a ustedes, y lo ven, deténganlo. No tengan miedo y denúncienlo”, añade.