Johnny Wright y Aída Betancourt, Nuestro tiempo


El presidente de Nuestro Tiempo, Johnny Wright, y la directora de Proyectos y Alianzas, Aída Betancourt, han lanzado el manual “Cómo no hacer política en el siglo 21” que aseguran está dirigido para guiar, con cierta dosis de sátira, a los políticos “en las aguas turbulentas” del sistema, en donde los invitan a no confundir el partido político con sus empresa, y a abstenerse de hacer equipo con personas condenadas, mafiosos, narcotraficantes o criminales de guerra. Los dirigentes de Nuestro Tiempo pretenden que la integración de personas decentes prevalezca ante el deseo de hacer crecer el partido y proyectan participar en las elecciones de 2021, apostándole a las zonas urbanas de San Salvador, La Libertad, San Miguel y Santa Ana.

 

¿Cómo surgió el manual “Cómo no hacer política en el siglo 21”?

Johnny Wright (JW): Creíamos que en el entorno político actual, aquí y en el mundo, no podíamos salir con una campaña diciendo más de lo mismo, que al fin, aunque proclamemos que somos diferentes, creímos importante e innovador salir de esta manera, elaborando un manual de cómo no hacer política en el siglo XXI. Esto no va dirigido a nadie en particular, creemos que aplica para todos. Muchos de los consejos inclusive tienen un tono de sátira, creemos que es importante hablar de esto porque estas actitudes, la corrupción, se han vuelto cosas que hemos normalizado. Nuestro rol como partido es dignificar a la política, llevar decencia a la misma. Para eso necesitamos atraer a las mejores personas, a los buenos ciudadanos y es algo sumamente difícil, muchas personas lo piensan, este servidor inclusive lo piensa una, dos o tres veces antes de meterse donde asustan.

 

Juan Valiente puso el manual a Osiris Luna. ¿Lo aplicarán así?

JW: Se lo aplicó, se lo recomendó. Nosotros dimos una conferencia y ese día subimos a presidencia y fuimos recibidos por la presidencia de la Asamblea, le dimos una copia y dejamos una copia para cada miembro de la directiva de la Asamblea, tenemos copias limitadas, tenemos una versión digital, nuestra intención es hacerla llegar a funcionarios, ministros, nos han pedido copia embajadores. Va dirigido a los políticos pero creemos que los ciudadanos pueden identificarse. Todo lo que está contenido aquí es algo que ha sucedido en el país, está basado en la realidad.

 

Aída Betancourt (AB): En el manual lo que hacemos es una protesta y es resumir a todo lo que nosotros nos oponemos y a lo que nos comprometemos a no perpetuar en la política. Cuando los ciudadanos vean y entiendan que esto es lo que queremos erradicar en la política, va a haber más gente que va a querer sumarse a este proyecto político. Una de las razones por las cuales decidimos crear Nuestro Tiempo fue ver la necesidad urgente de dignificar la función pública. Esta es una herramienta para atraer a esos ciudadanos que quieren entrar a la política con una visión diferente.

 

¿Van a participar en las elecciones?

JW: Tenemos todas las intenciones y estamos proyectándonos para participar en el 2021, no podría decirle a qué escala vamos a participar, en qué departamentos o municipios. Aquí hay un juego entre la oportunidad que hay para nuevas iniciativas políticas pero queremos conservar la naturaleza del partido, que es llevar a las personas mejor preparadas y correctas a la función pública. Para mí, ese es el mayor reto, aunque exista una oportunidad electoral, el poder reclutar a las mejores personas.

 

¿Qué tan avanzados van en el proceso interno?

JW: Tenemos un padrón de afiliados que va creciendo de manera lenta y orgánica, tienen una contribución mínima al partido y responsabilidades. En el primer trimestre del año próximo tendremos que tener procesos de elección de Consejo Directivo y tener candidatos para competir en las elecciones. Las implicaciones de competir en San Salvador conlleva a postular 24 candidatos propietarios y 24 suplentes. Nosotros nacemos en las zonas urbanas, la consolidación del partido se dio en zonas urbanas, también el comportamiento del electorado, eso es parte de la lógica por la cual creemos que le vamos a apostar en zonas urbanas. San Salvador, La Libertad posiblemente, Santa Ana y San Miguel.

 

¿Con cuántos diputados se imagina usted a Nuestro Tiempo?

JW: Es prematuro decirlo, de llevar uno, cinco, 15, sería algo importante para el país y para Nuestro Tiempo. Yo sí creo que hay que aventarse y competir, pero todavía hay demasiadas cosas sueltas porque, insisto, nos hemos tomado el tiempo en salir con esta campaña, ponemos un énfasis en hacer las cosas bien.

 

¿Cuántos afiliados tienen?

JW: Tenemos ciento y pico miembros fundadores que automáticamente conforman parte de las bases de afiliaciones, hay pocos más, no hemos afiliado una gran cantidad.

 

¿No es un partido grande?

JW: No y no tenemos reserva en admitirlo, acabamos de empezar, el crecimiento debe ser ordenado. Hemos visto en el pasado que otros partidos se han jactado de sus procesos democráticos y del tamaño de sus padrones, pero poco se ha dicho de la calidad de personas que conforman. Para nosotros es importante que las personas que nos acompañen en este esfuerzo sepan para qué, por qué, se han metido y que compartan nuestros valores, que aunque podamos tener diferencias en algunos temas, defendemos los principios democráticos, el orden constitucional y el Estado de Derecho, queremos ver fortalecidas las instituciones y los partidos. A pesar de eso nuestra proyección es lograr que nuestro proyecto obtenga recursos de una base de contribución amplia.

 

¿Cuáles deberían ser las luchas como partido en la coyuntura actual defensa de la democracia?

AB: En este ideario hay siete principios fundamentales: igualdad, libertad, diversidad, otros relacionados más a la función pública como transparencia y coherencia. Hay luchas que consideramos han sido relegadas en la política tradicional y que están excluyendo a gran parte de la población. Equidad de género va a ser una bandera que vamos a llevar y que debemos trabajar por la igualdad de oportunidad para las mujeres, no solo en la política. En la estructura, en los comités ciudadanos, hay uno de estos comités enfocados en equidad de género y empoderamiento de la mujer. Hay jóvenes que se han acercado a nosotros, una de las preocupaciones es el tema ambiental. En temas institucionales, es importante que se promueva la diversidad en el ámbito político y que la esencia de la democracia es que haya varias alternativas, creemos que es un peligro caer en la antipolítica y en el populismo, estamos convencidos que vamos a defender el sistema político, el respeto a las instituciones, las mejoras deben hacerse dentro del marco institucional, no fuera de él.

 

Dentro de este tema de la ética que promueve, ¿cómo maneja el problema con su padre y el problema de los fondos de Taiwán que tuvo en Arena?

JW: Yo siempre he estado cercano a mi padre inclusive en este caso, siempre lo he acompañado a las audiencias, mi padre está siendo procesado por el sistema judicial, de hecho, ni él ni yo hemos querido pronunciarnos en cuanto lo típico, cuando acusan a alguien insisten en su inocencia, hemos insistido en que queremos que el proceso se desarrolle. De momento, las resoluciones de juzgado de paz y Cámara Segundo de lo Penal han sido favorables, lo absolvió porque había prescrito el delito y la Cámara le corrigió la plana a la Fiscalía y le dijo: usted tiene que preparar un caso civil para investigar lo sucedido con los fondos que vinieron de Taiwán. Nunca lo he visto como una piedra en el zapato o inconveniente. Hasta cierto grado es evidente que es parte del juego político pero hemos insistido de ser respetuosos de la institucionalidad y que a través de ese mismo proceso se va a conocer la verdad de los hechos. No hay nada que ocultar, no hay nada que temer.

¿Ve rumbo claro en el Gobierno?

JW: La respuesta corta es no, no veo actitudes y acciones que conlleven a una construcción de visión de país consensuada. Ha habido esfuerzos, de Naciones Unidas, y esto ha sido imposible. Veo que su única visión es la que ellos proponen, no me parece una actitud democrática. El plan está lleno de grandes propuestas y expectativas, está por verse si se logrará o no. Incluye megaproyectos como un tren e inclusive proyectos más acordes con la agenda anticorrupción, una Cicies, que de momento hay poca claridad. Ante la coyuntura sí hay una abundancia de opiniones pero que veamos haya una verdadera agenda de reformas que incluya reforma al sistema de pensiones, reforma fiscal, transformar nuestro sistema de educación, hacer sostenible la seguridad social, una agenda de responsabilidad ambiental y que El Salvador se esté desarrollando como un país verde como ya lo hace Costa Rica, no lo estamos viendo y eso no va a surgir únicamente de una propuesta del Ejecutivo, eso se tiene que construir entre todas las partes y lo que se ve es un ambiente de tensión.

 

AB: Con las tasas de aprobación y popularidad que tiene este Gobierno, tiene una gran oportunidad de generar estos procesos, de hacer estas propuestas que sería más difícil en una coyuntura más adversa y, en vez de aprovechar esa oportunidad, se está simplemente imponiendo una narrativa de “conmigo o contra mí”, que es dañar a la democracia. De hecho es un consejo que tenemos en el manual: una insistencia en publicitar todo el tiempo lo que se está haciendo pero sin conocer los impactos a largo plazo para la ciudadanía.