Seguramente el 2020 tendrá un lugar especial en la historia. Un año cargado de tristeza, dolor, miedo, incertidumbre, pero también de lecciones que ojalá no las olvidemos nunca y las tengamos muy presentes en 2021:

  1. Contar con un sistema público de salud, universal y de calidad es indispensable para la propia sobrevivencia del ser humano. A nadie se le debe negar el derecho a la salud. La salud no debe regirse por las leyes del mercado. Los intentos por privatizar la salud deberían ser considerados delitos de lesa humanidad.

  2. El costo de la improvisación es demasiado alto. Posiblemente, ningún país estaba preparado para enfrentar una pandemia, pero aquellos que antepusieron la ciencia y el conocimiento técnico por encima de la politiquería son los que tienen más posibilidades de minimizar los impactos de la crisis.

  3. Es un falso dilema escoger entre la salud y la economía. La vida misma es integral y por lo tanto es indispensable que el diseño de la política pública siempre se haga desde un enfoque holístico.

  4. Nunca se sufre por igual una crisis. La desigualdad no es natural sino una construcción social, a pesar de que la pandemia y la crisis económica y social ha afectado a prácticamente todo el mundo, no todos la hemos sufrido por igual. Los grupos más vulneravilizados son quienes siempre se terminan llevando la peor parte y cuando no se toman las medidas adecuadas, son quienes deben de asumir el costo más alto de la factura.

  5. El trabajo de cuido es indispensable para la vida. Pero no debe de seguir recayendo únicamente en las mujeres, quienes además trabajan sin remuneración. Ha llegado el momento que el Estado y los hombres asumamos las responsabilidades para vivir en una sociedad más justa e igualitaria.

  6. El acceso a la información, la rendición de cuentas y la transparencia nunca deben de ponerse en cuarentena. Ni la peor de las crisis hace que los corruptos tengan una pizca de pudor y dejen de robar. Cuando no se toman las medidas adecuadas, las crisis son la excusa perfecta para cometer actos de corrupción a diestra y siniestra.

  7. Si para atender una crisis sanitaria se necesita recurrir al ejército y a la policía, es porque te sobran soldados y policías y te faltan médicos y demás equipo de salud, y esto es el resultado de las prioridades dentro de los presupuestos públicos.

  8. La conquista de derechos ha tomado muchísimos años, pero limitarlos y violarlos se hace un abrir y cerrar de ojos. Cuando se tolera y se justifica la violación de los derechos de otras personas, también se está tolerando y justificando las futuras violaciones a los derechos propios.

  9. Un ingreso básico garantizado es fundamental para la vida y la propia economía. Todas las personas deben de terne el derecho tener un ingreso básico garantizado que les permita no padecer hambre ni pobreza. Esto además de ser un acto de humanidad es clave para poder salir de esta grave crisis económica.

  10. Debemos dejar de pensar que un superhéroe o un mesías es quien solucionará los problemas del país. Para una construir una sociedad donde no sobre nadie y todas las personas gocen plenamente sus derechos, es indispensable tener liderazgos políticos maduros, éticos y probos que reconozcan que a partir de las diferencias se deben construir acuerdos de país con base en elementos técnicos.

  11. Que la democracia está en riesgo no solo porque se puede convertir súbitamente en una cleptocracia y en un régimen autoritario, sino porque hay personas que no tienen que comer, que no tienen trabajo, que no tienen salud y que no tienen educación. Apostarle a la democracia también es asegurar que nadie se quede atrás.

  12. Un acuerdo fiscal integral, como resultado de un diálogo democrático, es el único mecanismo que tenemos para salir de las crisis con más derechos y más democracia.


Que, a pesar de las adversidades, en el 2021 nunca nos falten los motivos para sonreír, pero también para construir, desde cualquier espacio en el que nos encontremos, una sociedad más desarrollada, más democrática y más justa.