Pollo Bonanza reinició operaciones tras meses de permanecer cerrado. /DEM


No eran ni las 9:30 de la mañana cuando ya había una fila de salvadoreños a las afueras del único edificio de Pollo Bonanza, en el corazón del centro capitalino. El negocio es una sensación en el rubro de pollo asado con 45 años de experiencia.

Pollo Bonanza inició un proceso de renovación de sus instalaciones antes que se declararan cuarentenas obligatorias en marzo. Aún cuando se dio paso a las reapertura económica en agosto pasado, el negocio mantuvo sus puertas cerradas y reactivó sus operaciones hasta cuatro meses después, con una demanda fiel por parte de los salvadoreños.

Apenas eran las 9:20 a.m. de este lunes 21 de diciembre y ya había una fila de no más de 10 salvadoreños esperando que abriera solo en el servicio para llevar. El vigilante era el único del personal afuera respondiendo las mismas preguntas: ¿tienen para conocer aquí? ¿puedo dejar un pedido? ¿a qué horas abre?.

A las 9:30 suele abrir. El negocio salvadoreño opera desde 1975 y centraliza sus operaciones en la Calle Arce, de San Salvador. Ofrece pollos enteros, medios y cuartos, cada uno acompañado con escabeche, papas colochas y soya, además tiene un menú para comer en el lugar pero se encuentra suspendido por el momento.

Fila de salvadoreños para ingresar a comprar Pollo Bonanza. El negocio reabrió sus operaciones tras meses de paro. /DEM


Dos horas y media más tardes, a las 12:00 a.m., los salvadoreños que pretendían comprar se habían triplicado y la fila rodeaba en forma de "u" la parte frontal del edificio. A los alrededores se mantenía el bullicio de San Salvador, espacios cerrados y con mucho movimiento de transeúntes.

Los vendedores también aprovechan para comercializar ropa interior femenina a quienes esperan ser atendidos, algunos hasta modelan para hacer amena la comercialización y ganar más compradores.

"Barato, amor, venga que acá le tenemos tangas, hilos, de todo..." se escucha los vendedores anunciar a cada salvadoreño que pasa en medio de la fila. Algunos se detienen para preguntar si es la "cola para comprar", pero al ver la extensión, se resignan y siguen sus camino.

Después de 40 minutos de espera, llega el momento de pedir. En este caso, el ingreso al edificio es más controlado pues una señorita supervisa cada persona que ingresa, toma temperatura y da alcohol gel. El comprador solo pide su orden, espera ser despachado y debe salir, un proceso que no toma más de 10 minutos.

A la salida se mantiene el rótulo que Pollo Bonanza es "el mejor pollo de todos los tiempos".