Entre capós abiertos, llaves engrasadas, risas y un constante bullicio vehicular está Yoselyn Ramírez, una joven mecánica de 25 años de edad que se dedica al oficio desde hace cinco, y que se ha caracterizado por gustar de aprender cosas nuevas.
Ramírez comenzó a romper con estereotipos desde que jugaba fútbol, pasión que le llevó a ganarse una beca para continuar con sus estudios de educación media en el Liceo Cristiano “Reverendo Juan Bueno”.
Durante dos años repartió su tiempo entre el estudio y los autos, aceptando que siempre se vio curiosa por conocer más del mundo automotriz, tanto que desde que empezó aprendiendo con un amigo no lo dejó nunca, ni siquiera durante la época de la cuarentena.
Los inicios.
La joven recuerda que en su etapa de estudiante se acercaba donde un amigo mecánico con el que memorizó el nombre de cada llave y cubos que se utilizaban para trabajar, Yoselyn trae al presente con humor cuando en sus inicios no sabía qué tipo de llave usar, “al principio sí, cuando llegué donde él fue como que mirá pásame la llave tal y yo (pensativa), ‘¿cuál será?’, ya algo perdida”.
La curiosidad de Ramírez fue tal que las visitas a su amigo se volvieron como una asignatura más luego de sus clases, a tal punto de solicitarle laborar en el taller, cuando terminó el bachillerato y lo que empezó como un trabajo “para mientras hago algo”, se convirtió en parte de su vida.
“Me fue llamando la atención porque decía yo: ‘tanta cosa y como no todos los carros son igual’, entonces eso es lo que me ha llamado la atención, la verdad es que no me ha aburrido, al contrario me exijo yo misma más”. Yoselyn Ramírez, mecánica
“Mi mamá, ella siempre me apoyó, me dijo: ‘Si eso te gusta dale y si te querés dedicar a eso hacelo’, siempre ha habido un apoyo”, agregó la mecánica.
Por azares de la vida Yoselyn llegó a Auto Frío Solutions, un taller automotriz fundado hace 18 años y especializado en revisión y reparación de aires acondicionados. Su primer gran reto, el trato y convivencia con los hombres que ya laboraban ahí al que tuvo que acostumbrarse, A sus 20 años de edad, se convirtió en la primer mujer en el taller y con el paso del tiempo logró ganarse la admiración, no solo de sus compañeros, sino también de los mismos clientes que jamás la discriminaron y que ahora la buscan de manera exclusiva a ella.
Cuarentena
A Ramírez no le detuvo la cuarentena para continuar laborando y aprendiendo, pues a pesar que el taller cerró, siguió buscando cómo llevar el pan a la mesa de su casa, revisando los autos de sus vecinos y familiares.
Admite que el trato hacia ella ha sido el mismo que al de cualquier otro trabajador del taller, pasando de limpiar piezas a ser una experta en la reparación y revisión de aires acondicionados.
Esta salvadoreña fue la primera de otras tres mujeres que se sumaron poco a poco al trabajo del taller automotriz, dice Daniel Lue, encargado de Auto Frío Solutions, quien aseguró que los clientes presentan mayor aceptación al trabajo de las mujeres, otorgándoles más confianza al momento de realizar tareas de mecánica general, aire acondicionado automotriz, y diagnóstico electrónico.
“Venimos nosotros y empezamos a ver que las facilidades al contratar muchachas, son como de más confianza, cuando en el taller viene (un cliente) y una chica sale a atender ella es la que mete mano a reparar·. Daniel Lue, responsable Auto Frío Solutions
Ahora, su equipo de trabajo lo conforman solo mujeres, Yoselyn como experta en aires acondicionados y una prominente persona para sucederle en el puesto de responsable de taller, una segunda que trabaja con mecánica y aire acondicionado, una trabajadora enfocada de la cotización y la última encargada de adquirir los repuestos a utilizar.
Apasionada por conocer lo nuevo en el mundo de la mecánica, los aires acondicionados y la electricidad automotriz, Yoselyn añora seguir aprendiendo, apoyando a sus compañeras y teniendo muy claro que un trabajo no depende de si se es hombre o mujer.