Álvaro de Soto, quien fue mediador de las prolongadas negociaciones que culminaron en la firma de la paz salvadoreña en 1992, sugirió que en El Salvador se insista en enseñar cómo era El Salvador cuando no se había firmado dicho acuerdo. "Incesantemente, aunque parezca fastidioso", observó.


De Soto fue entrevistado en el conversatorio "Sin memoria no hay país: 29 años de los Acuerdos de Paz" transmitido la noche del sábado por la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" a través de su plataforma de Facebook y moderado por el rector Andreu Oliva.







Durante el conversatorio el diplomático peruano reiteró que es necesario para los salvadoreños tener presente "cómo era El Salvador antes de los acuerdos de paz" y que él "martillaría aquella historia de lo que ocurrió" de manera incesante, ya que quienes no conocen la historia están condenados a repetirla.

A ello agregó que en El Salvador "no se podía disentir, no había la libertad de expresión que existe hoy".
Era un país en el cual no se podía disentir y no había la libertad irrestricta de opinión y de expresión que existe hoy. Sobre todo hoy los que no tienen recuerdo del conflicto se sienten acostumbrados a ello, la sienten como algo que no les sorprende. Para su información, eso no existía previamente. Álvaro de Soto.

Álvaro de Soto es actualmente embajador de Perú en Francia desde noviembre de 2016. Fue delegado del secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, durante las negociaciones de la paz en El Salvador.

"Parteaguas"


Para las Naciones Unidas, dijo de Soto, El Salvador fue "un parteaguas importante" porque nunca Naciones Unidas había participado como mediador en algún conflicto interno de país.

De Soto recordó cómo el FMLN insistía en que previo al cese de fuego tenía que haber el primer bosquejo de soluciones a un largo pliego de reclamos en El Salvador, pero relató que el nivel de desconfianza entre las partes era muy grande. "El nivel de desconfianza era tal que les era casi imposible que se hicieran concesiones entre sí".

Como académico, de Soto dijo dedicarle a El Salvador una clase entera de dos horas, destacando fases posteriores a la firma de la paz como la consolidación de la paz y el manejo del pasado. Sobre esta necesidad de la sociedad de "pasar por la catarsis", aseguró que fue un proceso truncado en El Salvador.
Lo que él decía (Butros Butros-Ghali) era que hay casos, El Salvador uno de ellos, en los que a fin de sobreponerse al trauma de algo como una guerra una sociedad necesita pasar por la catarsis de afrontar al respecto. Si pasa la página sin ocuparse de tratar de buscar una idea compartida generalmente, una especie de historia oficial respecto de lo que ocurrió, si no pasa por eso, corre el riesgo de continuar la guerra por otros medios. Álvaro de Soto.

El rector de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas", Andreu Oliva, le preguntó a de Soto: ¿cómo imagina El Salvador si no se hubiera firmado la paz?
La guerra habría continuado, tan simple como eso, sin resolverse con eso los problemas que nos han proporcionado un lienzo sobre el cual pintar el presente y el futuro del país. Álvaro de Soto.

Periodistas salvadoreños presentes en el foro respondieron que estarían muertos o exiliados, y que no se hubieran podido hacer investigaciones sobre la corrupción cometida por expresidentes de El Salvador.
Quisiera enfatizar, y perdónenme que suene como una matraca, pero quisiera poner énfasis en la necesidad de tener muy presente cómo era El Salvador antes de los acuerdos de paz y cómo es hoy, y lo que costó conseguir esos acuerdos de paz y esencialmente la verdad que se supo, no en forma judicialmente probable, quizás, pero sí confirmando el proceso que ya existía sobre los hechos más violentos. Yo lo que sugeriría es que, aunque parezca fastidioso para la juventud, yo martillaría aquella historia de lo que ocurrió incesantemente, porque como dijo Santayana 'los que no conocen la historia están condenados a repetirla tarde o temprano. Parte de ese trabajo es recordar lo que ocurrió, la Comisión de la Verdad.