La derrota electoral de ARENA se empezó a fraguar hace dos años cuando perdió la elección presidencial y se agravó con el afán de los candidatos de ese partido de ocultar la bandera, afirma Manuel Meléndez Mora, el estratega electoral salvadoreño más reconocido de las últimas tres décadas.

“Las elecciones legislativas y municipales, ARENA las comenzó a perder desde la elección presidencial pasada, cuando también perdió la elección en todos los municipios que el 28 de febrero pasaron a manos de Nuevas Ideas. Ese era un aviso suficientemente claro como para que la dirigencia de ARENA supiera que debía hacer algo con la marca del partido que estaba deteriorada”, dice Meléndez.

Meléndez, quien ha dirigido campañas presidenciales, para alcaldes y diputados en toda América Latina, incluidas varias de esas campañas con ARENA en El Salvador, sostiene que la elección de 2024 -que unirá las elecciones presidencial, legislativa y municipal- ya está en juego.

“Esta elección se perdió hace dos años, cuando ARENA tenía tiempo para mejorar su imagen y presentarse como una opción real para competir contra el gobierno de Nuevas Ideas. De igual forma, la elección del 2024 se comenzará a ganar o perder en estos días”, subraya Meléndez.

El estratega electoral sostiene que a pesar de que tenían más de un año para recuperarse, la imagen de ARENA terminó hundiéndose más.

“Tenían más de un año para recuperarla, cuestión que no hicieron y la imagen del partido terminó hundiéndose más a tal grado de llegar a representar una carga y no un incentivo para todos los candidatos a alcaldes y diputados areneros”, subraya Meléndez.
“Esta elección se perdió hace dos años, cuando ARENA tenía tiempo para mejorar su imagen y presentarse como una opción real para competir contra el gobierno de Nuevas Ideas. De igual forma, la elección del 2024 se comenzará a ganar o perder en estos días”. Manuel Meléndez, Estratega electoral

El especialista en temas electorales explica que los areneros entonces decidieron ocultar la bandera.

“Con la ilusión que el votante no arenero diera el voto por el rostro, votara por la persona, premiara la gestión del alcalde o el diputado. Montar una campaña con este criterio tenía el enorme peligro de perder el voto duro que podía sentirse desmotivado y llegarse a creer que todo lo malo que decían del partido era cierto.

Con esta estrategia no lograron ni una cosa ni la otra: el no arenero votó por Nuevas Ideas y el arenero o no fue a votar o lo hizo por Nuevas Ideas”, explica Meléndez.

Según el estratega, por eso las alcaldías emblemáticas de las cabeceras departamentales y otras donde ARENA tenía más de tres períodos se perdieron.

“No lograron movilizar al votante duro y ocultar la bandera no los hizo librarse del voto castigo”. subraya.