El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, aseguró que los Acuerdos de Paz de El Salvador serían dignos de respeto si se cubrieran deudas de justicia y de seguridad.

“Si no lo hacen, quedan en una situación muy triste, ¿qué Acuerdos de Paz serían si no hay justicia, si no hay paz?”, cuestionó.

El religioso se acercó así al cuestionamiento que hace el presidente salvadoreño Nayib Bukele a los Acuerdos de Paz. El mandatario aseguró que al igual que la guerra los Acuerdos de Paz fueron una farsa.

“Defender los Acuerdos de Paz cuando las cosas están así me parece que para muchos es muy difícil”, concluyó.

El prelado señaló que en el momento de la firma de la paz todos se alegraron pero agregó que “no fueron los Acuerdos de Paz que se pretendían, que trajeran la paz y trajeran justicia”.

 

Archivos militares: “Ojalá aparecieran”.


El arzobispo también se refirió a que los archivos militares son indispensables para que se haga justicia en favor de las víctimas de delitos cometidos durante la guerra. “Ojalá los archivos que se han perdido aparecieran”, dijo, asumiendo la versión oficial sobre el destino de los archivos militares.

El Gobierno ha negado acceso a los archivos militares y, en su lugar, ha entregado cinco cajas de correspondencia reciente sobre el tema que según las organizaciones de las víctimas no presentan información nueva. Sin embargo, el Gobierno ha dicho que los archivos militares han sido destruidos pero no ha permitido el ingreso para que constatarlo.

El pasado 17 de diciembre, el presidente Nayib Bukele dijo que la guerra civil y los Acuerdos de Paz fueron una “farsa” por la falta de seguridad, desarrollo social, justicia, educación y salud durante 29 años. “Fue una farsa como los Acuerdos de Paz. '¡Ay, está mancillando los Acuerdos de Paz!', sí. Los mancillo porque fueron una farsa, una negociación entre dos cúpulas”.

Los Acuerdos de Paz permitieron la suspensión inmediata del conflicto armado y el establecimiento de instituciones como la Policía Nacional Civil, así como la desmovilización de la entonces guerrilla y la disolución de cuerpos de seguridad cuestionados por su irrespeto a derechos humanos, como la Guardia Nacional, la Policía de Hacienda y Policía Nacional.