Los países de Centroamérica y México, agobiados por el desplazamiento forzado de casi un millón de personas, acordaron ayer trabajar juntos para mitigar el fenómeno alentado por la violencia y agravado por la pandemia de covid-19.


Tras una reunión virtual del Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (MIRPS), Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá y México, consignaron trabajar “de manera coordinada”.


Los países se comprometieron a trabajar “políticas integrales” para dar respuesta también a los “impactos directos e indirectos” que el covid-19 “ha causado y seguirá causando” a las personas que solicitan la condición de refugiados.


Enfrentados a un número creciente de personas forzadas a huir en Centroamérica y México, los gobiernos definieron políticas para ofrecer respuestas integrales de protección, educación, salud, medios de vida y empleo a las personas que han huido en la región.


La ministra de Relaciones Exteriores de El Salvador, Alexandra Hill, que entregó la presidencia pro témpore del mecanismo a Guatemala, destacó el trabajo desarrollado en el año.




“Todo el trabajo que realizamos se traduce en beneficio para una población en alta vulnerabilidad que requiere atención de manera prioritaria”, comentó Hill.



Datos graves de Acnur


La violencia y la persecución generada en su mayoría por violentas pandillas habrá obligado a huir a unas 833.000 personas del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) y otras 108.000 de Nicaragua en los últimos años, según estima la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).


La situación del desplazamiento forzado en comunidades de acogida se complicó por la emergencia generada por el covid-19 y por los efectos de los recientes ciclones Eta e Iota que causaron millonarias pérdidas.



Acnur pide el compromiso regional


“Es en estos momentos de múltiples crisis y desafíos para la protección y asistencia de la población desplazada, que el MIRPS se revela como testimonio del rol fundamental de la cooperación regional y del sentimiento de responsabilidad compartida que encarna,” dijo Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.


Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, sostuvo que es un deber “continuar fortaleciendo” la tradición humanitaria y de protección que ha caracterizado al continente.


Los países del MIRPS dejaron claro que el apoyo sostenido de la comunidad internacional es crucial para poder abordar las complejas necesidades que enfrenta la región.


 

 

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