Familiares llegan a Medicina Legal a recuperar los restos de sus seres queridos

"Fue un momento tedioso, desesperante”, con esas palabras describió Patricia Hernández lo sucedido la noche del sábado en el estadio Cuscatlán, mientras esperaba ayer en las afueras del Instituto de Medicina Legal que le entregaran los restos de su esposo. Desde primeras horas de este domingo, los familiares de las víctimas llegaron a las instalaciones de Medicina Legal, en San Salvador, con rostros sombríos y aún sin creer lo que había pasado. Hernández llegó alrededor de las 9:00 de la mañana con el fin de obtener el cuerpo de su esposo, Fernando Chávez, de 47 años de edad, una de las 12 víctimas que murieron cuando cientos de personas se balancearon sobre los portones del recinto deportivo. Con voz temblorosa, Hernández señaló que junto a Chávez asistieron al partido, sin imaginar que quedarían en medio de una avalancha de personas que cayó sobre ella y su esposo. "Creo que eso fue lo que a mi esposo lo mató porque los dos caímos. Yo me logré incorporar y él (su esposo) ya no se pudo incorporar, y yo ya no pude ayudarlo, traté la manera de incorporarlo cuando ya venía la masa de gente, no caminamos más de tres metros y a él me lo dejaron en la entrada”, narró Hernández. De acuerdo con su testimonio, Hernández encontró el cuerpo de su esposo en el suelo a la entrada del portón (general), aún con signos vitales, "pero no había ningún paramédico que nos asistiera”. "Con otro aficionado tratamos de reanimarlo, le di respiración boca a boca, lo hicimos, pero él falleció”, contó con pesar la mujer. La sobreviviente destacó que logró ingresar al estadio y aseguró que "si había espacio a las orillas donde uno podía caber”.

Una noche de pasadía.

La pareja llegó alrededor de las 7:00 de la noche al estadio y desde esa hora ya los portones estaban cerrados, pese a que se indicó que estarían abiertas hasta 7:30, cuando iba a iniciar el partido. Otro de los familiares que llegó a la espera de la entrega de los cuerpos fue Óscar Mauricio Linares, padre de Kevin Mauricio Linares Salazar, de 26 años, una de las víctimas. Linares contó que su hijo se encontraba fuera del estadio debido a que las autoridades habían cerrado las puertas por el "poco espacio que había en el lugar”. "El aficionado ya había pagado su boleto y era injusto que no los dejaran entrar porque ya estaba pagado y el partido ya tenía 15 minutos de haber empezado, entonces ellos entraron en desesperación”, manifestó el padre del joven fallecido. Así como Hernández y Linares, familiares del resto de víctimas acudieron a Medicina Legal para el reconocimiento de los fallecidos y la respectiva entrega de los cuerpos.

El dato

El Gobierno destacó que alrededor de 500 personas fueron atendidas en el estadio Cuscatlán, de estas más de 80 fueron trasladados a centros hospitalarios.