La caficultura salvadoreña agoniza
Lunes 06, Julio 2020 - 12:00 AM
No es apocalíptico el título de este artículo; sin embargo, urge que se tomen medidas para salvar la caficultura. La caficultura agoniza especialmente para los pequeños y medianos productores, quienes viven en un 100% de ese maravilloso cultivo. Existen concursos como "Taza de Excelencia”; sin embargo, no todos tienen esos privilegios. Según el Consejo Salvadoreño del Café (CSC), la cosecha 1992-1993 fue de 4,306,200 quintales oro; mientras el ciclo 2019-2020 fue de 721,587 quintales oro.Este año, 2020, según lo que se analiza, el gobierno no dará cafetos a los productores. ¿Qué pasará con los "viveristas” que viven de vender café? En otro artículo incorporé estas interrogantes: ¿Espera el gobierno que desaparezca la caficultura? ¿Ya analizó el impacto ambiental que está sufriendo el país por el problema de la roya y los precios del café? ¿Cómo hacer para reactivar el exgrano de oro?Realicé una investigación que presenté en un congreso en la Universidad de Sevilla. Fueron 92 encuestados a través de Google Drive. Gracias a la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) y Consejo Salvadoreño del Café por colaborar. ¿Cuál es el problema más crítico que enfrenta la caficultura en El Salvador? La respuesta fue que los precios internacionales (50%) y la falta de políticas de apoyo de parte del gobierno (27%).¿Qué problemas cree que genera más el declive de la caficultura? La delincuencia, deforestación, lotificaciones y la disminución del empleo.Cuando no se trabajan las fincas, se genera en esa localidad o región desempleo, las personas emigran y el dueño termina lotificando la finca y sembrando otros cultivos como: maíz y frijol. Da tristeza ver aquellas plantaciones de café convertidos en "huatales”. El 68% de los encuestados diversificaría la finca.¿Qué es lo más factible para salvar la caficultura? La exportación a nuevos países, la condonación de las deudas y la asociatividad con otros cafetaleros. Como fue una pregunta abierta, los cafetaleros manifestaron: 1. La diversificación y retornar a las prácticas tradicionales de cultivo, que fueron muy buenas en el pasado, no veo ninguna otra forma que la caficultura puede volver a ser rentable. 2. Adquirir análisis portables para prevenir enfermedades como la roya. 3. Tomar ejemplos como el caso de Honduras, donde el Estado, los gobiernos municipales, empresa privada y asociación cafetalera se unieron. 4. Facilitar la venta de café a precio justo, tanto en el interior y el exterior. Incentivar la cultura del consumo de nuestro (excelente) café. 5. Financiamiento diferente y adecuado a los tiempos de resiembra. 6. Restructurar deuda café a 25 años plazo. 7. Políticas de Estado para fortalecer el sector cafetalero.Una interrogante que hace repensar lo que fue el café y en la situación crítica en la que está ¿El café se extinguirá o perderá valor, igual que el añil y el algodón? El 43 % de los cafetaleros mencionó que sí. Preocupante.Entre algunas conclusiones encontradas en la investigación son:
- Se analiza que el café va perdiendo terreno. En el 2010 se cultivaban 217,000 manzanas y en el año 2018 se registra 140,000 manzanas cultivadas. Es una reducción del 35 %.
- Para salvar la caficultura se necesita exportar a nuevos países y la condonación de las deudas.
- En el año 2050, según estudio del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), en El Salvador, se perderá más del 35 % del área de cultivo de café adecuada debido al cambio climático.
- Diversificar la entrega de cafetos según la altura.
- Fortalecer PROCAFE como instituto de investigación.
- Buscar más países para exportación.
- Diversificar las fincas (en donde sea factible) para poder tener otras entradas, siendo el cacao, aguacate y cítricos los cultivos más viables.
- La genética del café ha servido mucho con respecto a la resiliencia del café; las investigaciones y nuevos tipos de cafetos, han logrado soportar la roya y otros hongos.
- Se debe condonar las deudas del Fideicomiso Ambiental para la Conservación del Bosque Cafetalero (FICAFE), otras deudas con bancos estatales para poder estar libres de créditos y poder reforestar las fincas.