La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (CBP) actualizó el detalle de las detenciones de migrantes irregulares a lo largo de los 3,200 kilómetros de frontera que comparte con México y en éstos se reporta un aumento en las detenciones de niños migrantes no acompañados procedentes de El Salvador.En el año fiscal vigente que inició en noviembre de 2020 y hasta marzo de 2021,
las autoridades fronteriza indican que han cruzado la frontera 47,642 menores no acompañados. De esta cifra 3,755 son niños y adolescentes salvadoreños que llegaron sin ningún responsable, 1,570 de ellos fueron interceptados durante el mes de marzo, según cifras oficiales.En cinco meses el número menores salvadoreños detenidos superó a la cifra de 2,189 recogida en 2020, cuando se presentó la menor cantidad de infantes salvadoreños detenidos de los últimos seis años según el CBP.Los puntos fronterizos críticos donde se reportan la mayoría de los arribos de menores solos son Río Grande, El Paso en el sur de Texas y Tucson, en Arizona.
Cifra de migrantes solteros se duplica
El número de migrantes solteros originarios de El Salvador también se duplicó en comparación con la cifra global de 2020.
En lo que va del año 2021, 17,343 han sido detenidos, mientras que en los 12 meses de 2020 fueron reportados 9,960.Asimismo las unidades familiaares salvadoreñas ya superaron la cifra de 2020. En ese año EE.UU. detuvo a 4,335;
mientras que hasta marzo de este año 7,797 familias completas han sido detenidas tras cruzar ilegalmente la frontera sur de EE.UU."Coyotes” se han vuelto millonarios con centroamericanos
La actual avalancha de indocumentados hacia Estados Unidos a través de México no solo expone un drama humanitario, sino también el tráfico de migrantes que mueve miles de millones de dólares y en el que las personas son tratadas como mercancías.Cada año se registran cientos de miles de entradas ilegales por la frontera de 3.200 km, que generan $4.200 millones anuales a estos traficantes conocidos como "coyotes” o "polleros”, según un informe de la ONU de 2018. En 2010 el organismo cifró esas utilidades en $6.600 millones.Acosado por la pobreza, el hondureño Juan Macías (nombre ficticio) le pagó en marzo a una de esas redes $7.000 que reunió con préstamos familiares."Trabajan a través de organizaciones, les llaman guías; ya luego en la frontera están los cárteles”, dijo el hombre de 35 años a la AFP en un refugio de la mexicana Ciudad Juárez, adonde llegó expulsado de Estados Unidos.Ahora espera algún beneficio migratorio del presidente estadounidense, Joe Biden, o intentar cruzar por sus medios.Macías cuenta que trató con ocho "polleros” durante su viaje junto con una treintena de migrantes."Uno se identificaba con el código cuando llegaba al lugar: ‘yo soy fulano de tal y este es el código’ (...) No dicen nada, solo ‘síganme’”, relata.En el tortuoso trayecto los migrantes "se convierten en mercancías”, asegura la ONU, al punto de ser marcados con pulseras que llevan sus nombres e inscripciones como "entregas” o "llegadas”.