París revela el romance artístico entre Picasso y Gertrude Stein

Lunes 18, Septiembre 2023 - 3:30 AM
El pintor español sostuvo una fabulosa amistad con la autora, y ambos crearon obras en honor del otro.

Ella era una escritora lesbiana estadounidense; él un ambicioso pintor español con fama de conquistador. Aunque dispares, lograron una conexión genuina y formidable que transformó el arte.

Gertrude Stein (1874-1946) y Pablo Picasso (1881-1973) se cruzaron en París a principios del siglo XX y el flechazo artístico fue tan improbable como instantáneo. El Museo de Luxemburgo abrió una de las últimas exposiciones que Francia dedica a Picasso, en el 50º aniversario de su muerte, bajo el lema "La invención del lenguaje”. "Un escritor debería escribir con sus ojos y un pintor pintar con sus orejas”, clamó Stein en 1940, casi cuatro décadas después de ese encontronazo que subyugó durante años a ambos creadores. Picasso se había instalado definitivamente en París en 1903, casi al mismo tiempo que Stein. Sus orígenes eran muy dispares: él era de familia modesta, y viviendo casi en la pobreza; ella pertenecía a una familia judía acomodada de la costa este norteamericana y tenía veleidades de escritora. Ambos compartían anonimato en la capital del arte.
Fotografía de Gertrude Stein en su casa de París, en 1930, donde lucía el famoso retrato.

Un flechazo amistoso.

Se conocieron por admiraciones compartidas, por artistas como Cézanne o Matisse, que habían empezado a demoler las bases del arte clásico. "Fue un flechazo amistoso”, explicó a la prensa la directora del Museo Picasso de París, Cécile Debray. "Pablo hace retratos abstractos en pintura. Yo intento hacer retratos abstractos con mis medios, las palabras”, recordaría Stein en 1945. Esa fama tardó en llegar para Stein, mucho más que para Picasso, que en pocos años se ganó su reputación. Junto a su hermano Leon, Stein se convirtió en una de las primeras coleccionistas de Picasso, Bracque y otros artistas del recién nacido cubismo. Stein guarda de esos años iniciales una admiración casi obsesiva por el pintor malagueño. Picasso, que no hablaba inglés, le propuso pintar su retrato. Stein aseguró años después que posó hasta "noventa veces”. Picasso luchó por retratar el rostro masculino de Stein (cabellos cortos, mirada frontal), muy alejado del de sus amantes. El resultado, en 1906, atestigua que el pintor español está a punto de dar el salto al cubismo. Al año siguiente Picasso exhibiría "Las señoritas de Aviñón”, que supone un seísmo en el mundo de la pintura. La cabeza angulada de Stein se ha volvió su forma de mirar el rostro humano, y esa mirada cubista le duraría años y le traería fama. Stein devolvió la generosidad de Picasso dos años después con un "Retrato de Picasso” en forma de poema vanguardista.
El retrato de Gertrude Stein pintado por Picasso.

La muestra.

La exposición del museo de Luxemburgo muestra en versión escrita y una grabación de la propia voz de Stein que raras veces ha sido escuchada en público. Muestra también unas composiciones en cartón pintado de Picasso del fondo del museo parisino, muy poco conocidas, así como obras de Cezanne y otros artistas. Stein y Picasso mantendrían su admiración mutua hasta los años 1930, cuando el pintor español toma ya definitivamente otros vuelos. Ella accedió inesperadamente al éxito con la "Autobiografía de Alice Toklas” (1933), unas memorias de esos años de la bohemia parisina. Ese libro le permite editar toda su obra previa. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial se lleva sus cuadros y recuerdos a Estados Unidos, donde pasó años dictando conferencias. Su retrato picassiano pasó a formar parte de los fondos del Museo Metropolitano, como "Las señoritas de Aviñón”. El impacto de Stein en su país natal es el motivo de la segunda parte de la exposición del museo de Luxemburgo. Artistas como John Cage, Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Merce Cunningham, Trisha Brown o Andy Warhol se inspiraron de la escritora para ahondar en la vanguardia. El centro del arte se desplazó así de París a Nueva York.