La banca salvadoreña ha soportado de buena manera los primeros meses de la crisis económica derivada de la pandemia del COVID-19.

Según la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa), los datos del sector, hasta el 30 de abril, reportan crecimientos tanto en la cartera de depósitos como en la de créditos. “La tasa de crecimiento interanual del saldo de crédito no solo sigue creciendo, sino que ha empezado a acelerar el crecimiento, en contraste con esta situación general de la economía”, dice un análisis de la entidad.

Raúl Cardenal, presidente de Abansa, explicó que a diferencia de la crisis de 2009, el sector está en mejores condiciones.

“La liquidez de los bancos se ha mantenido. Vemos que la banca esta bien preparada, aunque no esperábamos esta crisis, a todos nos tomó por sorpresa (...) Se encontraba en buen momento de solvencia para hacer frente a esta emergencia”, sumó Cardenal.

De acuerdo con el informe de Abansa, hasta abril la cartera de créditos aumentó 5.8 % anual y alcanzó los $13,475 millones, impulsada por el crédito a empresas que aumentó 8.6 %, mientras que el de personas y vivienda tuvieron mejoras de 3.6 % y 3 %, respectivamente.

También destaca que las fuentes de fondos bancarias crecieron 10.2 % en el período y alcanzaron los $17,347 millones. En ese renglón destaca el desempeño de los depósitos que reportan un un incremento del 12.7 % anual, cifra que se logró por las operaciones de cuenta corriente, que acumulan $542 millones, y los de ahorro por $736 millones, en contraste consideran una pérdida de dinamismo en los depósitos a plazo, pero el informe destaca que tanto empresas y personas “denotan confianza en el sistema financiero”.

 

Cautela

El sector ve con atención el complicado panorama en el que se moverá la economía en 2020 que enfrenta una caída de indicadores clave como exportaciones y remesas, así como una fuerte caída de la actividad económica en Estados Unidos.

Cardenal explicó que confían en que una pronta apertura gradual de la economía permita seguir adelante y disminuir los riesgos. “Es importante que continuemos y podamos salir adelante ya que una prórroga de indefinida de esta situación nos afecta a todos”, dijo.

Cardenal sostuvo que las medidas que se tomaron ya tuvieron un impacto económico y los efectos se harán sentir acorde a la previsión hecha por el Fondo Monetario Internacional (FMI) -de una caída al cierre de 2020 de -5.6 %-, pero sostiene que el país requiere de una recuperación “lo más rápida posible para que estos cierres no duren o afecten al siguiente año. Tenemos que empezar a ver al 2021”, sentenció.

 

Claves para la economía



Economía mundial

Los pronósticos de crecimiento para 2020 anticipan una contracción del PIB mundial que podría rondar 3 %. Valora que las cifras proyectadas para economías avanzadas y en desarrollo reflejan que la pandemia ya es una crisis sin precedentes.



Estados Unidos

Se estima que la economía estadounidense se contraiga en 5.9 % en 2020. Abansa sostiene que “se observa una significativa pérdida de empleos y una caída del consumo, lo que ya está impactando la economía local, en exportaciones”.



Remesas

A abril, el flujo de remesas se ha desplomado a raíz de la crisis mundial y los recortes de empleo en EE.UU. El análisis de Abansa sostiene que la variación muestra con claridad la disminución que alcanza un mínimo histórico en 30 años.



Riesgo país

Abansa destacó que el riesgo país, medido en el EMBI, ha crecido en todo el mundo, pero que El Salvador ya presenta el costo más alto. Advierte que la falta de acuerdos políticos han hecho que el país sea el único del istmo con tendencia al alza.



Efecto local

La gremial urge de planes de reactivación. “Las empresas de muchos sectores han cerrado sus actividades, lo que tendrá impacto en el crecimiento de la producción y en las finanzas públicas”, puntualiza.