Los productores han advertido en diferentes ocasiones que por la baja de precio no se daría mantenimiento a las fincas o cambiarían al cultivo de granos básicos. / DEM


El sector cafetero salvadoreño prevé que la producción del ciclo 2019-2020 sufra una “considerable baja” de hasta el 15 % como resultado de la falta de mantenimiento de las fincas.

Los datos oficiales del Consejo Salvadoreño del Café (CSC) indican que el sector se había recuperado a paso lento desde la crisis de la roya de 2012 y la sequía de 2016, fenómenos que redujeron a la mitad los 1.7 millones de quintales que se producían hace cinco años.

La institución reporta que el ciclo 2018-2019 cerró con un crecimiento de 5.4 % al llegar a 955,115 quintales, esto equivalente a 49,690 quintales adicionales frente a los 905,425 reportados en el ciclo 2017-2018.

Sin embargo, el precio internacional del café ha decaído hasta 40 % en los últimos tres años y la situación complicó las finanzas de los productores salvadoreños al manejar márgenes de pérdidas. El sector entonces redujo el mantenimiento de las fincas y aplicó menos nutrientes agrícolas, conllevando así a que la cosecha 2019-2020 podría ser inferior al ciclo 2018-2019.

La Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) estimó que la caída en la producción oscile entre el 12 a 15 % y cierre en unos 800,000 quintales. “Si no es que baja más, por los efectos de la crisis que el caficultor no ha tenido recursos para fertilizar y para hacer las labores de mantenimiento que el café necesita”, indicó Omar Flores, presidente de la gremial.

En esa misma línea, Ricardo Esmahan, director ejecutivo de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores (Abecafé), indicó que “consideramos que podría haber una baja considerable, pero no está confirmado”. “Nuestras expectativas, aunque no quisiéramos, es que posiblemente baje la recolección”, añadió.

Las proyecciones del sector salvadoreño no se alejan de las perspectivas globales, pues ya la Organización Internacional del Café (OIC) advirtió en noviembre que la producción mundial podría reducirse 0.9 % para el ciclo 2019-2020 por un menor desempeño en los cultivos de variedad arábigo.

 

Plantas de GOES no rindieron

Una planta de café recién sembrada necesita durante cuatro años cuidados para que dé frutos. Una vez esté en su fase productiva, que comienza a los tres años de plantada, necesita fertilización para que mantenga su ritmo de producción, sumado a las tareas de mantenimiento de las fincas como podas de sombras o maleza.

Si se contara los millones de plantas de café que entregó el anterior gobierno para la renovación del parque cafetero, la producción ya habría superado el millón de quintales. Sin embargo, explicó el presidente de Acafesal, las variedades que se entregaron, entre sarchimores y catimores, demandan “mucha fertilización” y “la gente no los ha cuidado en la siembra” por la falta de recursos.

Si la tendencia de los bajos precios se mantiene “está en riesgo la disminución de producción de este año como la siguiente producción (2020-2021), porque el café se va preparando desde un año antes con fertilización”, advirtió Flores.