Los allanamientos fueron en casas que usaban como albergues para los migrantes, además incautaron vehículos, supuestamente usados para llevar a las personas a Guatemala. / Cortesía de la Fiscalía General de la República


Una estructura transnacional de 13 presuntos traficantes de personas que cobraban entre $8,000 y $14,000 fue desarticulada ayer en la madruga en los departamentos de Usulután, La Libertad, Sonsonate y Ahuachapán.

Según la investigación de la unidad especializada de delitos, tráfico ilegal y trata de personas de la Fiscalía General de la República, el cabecilla de esta red es Manuel de Jesús Silva, alías “Tony”, contra quien se giró detención por los delitos de tráfico ilegal de personas agravado, falsedad ideológica, cohecho propio (soborno), incumplimiento de deberes y agrupaciones ilícitas.

El Ministerio Público les imputará el último delito ya que en las pesquisas realizadas encontraron que la estructura tiene características propias, entre ellas la pluralidad de personas, con una forma compleja de operar y con una permanencia en el tiempo.

En las indagaciones los fiscales hallaron que había toda una logística que iba desde la distribución de funciones entre los miembros de la red para promover viajes de indocumentados, transportarlos y albergarlos en el territorio salvadoreño y en otros países.

La información obtenida señala que la estructura movilizaba cantidades de dinero que servía para pagar contactos a nivel internacional y obtener documentación falsa que ayudara a los indocumentados a ingresar y permanecer en Estados Unidos.

Esos documentos supuestamente eran elaborados por los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), César Armando Espinoza Pineda y German Mamerto Ascencio, destacados en los puestos de Sonsonate y La Libertad Sur, a las personas que iban a viajar les cobraba $200.

Según la representación fiscal, los dos agentes aprovechando que laboraban en la institución policial, redactaban cartas con falso contenido donde hacían constar que las personas migrantes estaban en una situación de riesgo en El Salvador y que habían presentado denuncias exponiendo problemas de seguridad personal.

Cuando reclutaban a las víctimas los miembros de la banda les decían que era un viaje seguro, ya que les tramitarían cartas con las cuales se aseguraba que al ingresar a Estados Unidos les darían asilo o refugio.

Ayer la fiscalía hizo 15 allanamientos en el operativo.