La zona cultivada de café en El Salvador, considerada el pulmón biológico de El Salvador, es más pequeña de lo registrado oficialmente en al menos 29,400 manzanas, según informes del Consejo Salvadoreño del Café (CSC).

La caficultura fue el principal enclave productivo por más de 200 años, cuando los productores recibieron varios estímulos en 1770 y en los siguientes dos siglos se colocó como el producto más exportado y generador de empleos. Sin embargo, los años dorados del “grano de oro” parecen fugarse y el sector no logra salir de una profunda crisis.

El CSC señala en su último reporte, con datos al 30 de abril, que se encuentra en una actualización y depuración del registro cafetalero para contar con “información precisa, confiable y actualizada que refleje la realidad de la caficultura”.

Esta actualización pone que la zona cafetalera de El Salvador en la cosecha 2022-2023 -en fase final de corta- tiene un área cultivada de 170,569 manzanas. Esta cifra es 29,456 manzanas menos que la extensión de 200,025 que se reportaron en el ciclo 2021-2022, equivalente a una reducción de 14.7 %.

El parque cafetero se considera “un bosque” porque para desarrollar una planta de café se requiere de otros árboles de sombra, clave para retener aguas lluvias y purificar el aire. Además, es uno de los principales empleadores de la zona rural, con más de 43,000 puestos de trabajo para esta cosecha.

En 1993, cuando el país producía más de 3.8 millones de quintales, las zonas de cultivo superaban las 234,600 manzanas, es decir, que se han reducido en un 37 % en tres décadas.

El café es el segundo producto agrícola más exportado. / DEM
El café es el segundo producto agrícola más exportado. / DEM

Una crisis anunciada.

El sector viene saltando de varias crisis que lo han llevado a reducir su peso en la economía, pero la más lacerante fue un devastador ataque de la roya en 2012 que desplomó la producción a menos de la mitad. Aún sin recuperarse, en 2017 comenzó la caída en el precio internacional y para el 2019 varios productores se encontraban asfixiados en deudas. Ese año hubo reportes de caficultores en Santa Ana que quemaron sus fincas para sembrar granos básicos.

El Consejo reporta que el número de productores también es menor. Inicialmente se estimaba que andaban por los 24,683, pero el último dato cifra en 18,154, equivalente a una baja de 6,529.

El Salvador tiene seis cordilleras cafetaleras, donde Apaneca-Ilamatepec tienen la mayor participación con un 53 % de la producción y reúne el 40 % de los caficultores.

La cordillera El Bálsamo-Quezaltepeque tiene un 26 % de la producción y un 28 % de los productores, mientras que Tecapa-Chinameca representa una cuota del 10 % y 11 %, respectivamente.

La institución registra que el 77 % de los productores tiene menos de cinco manzanas para cultivar, pero ejercen control de apenas el 13 % de las áreas para cultivar.

El 2 % de los productores tiene a su cargo el 40 % de las tierras para cultivar café.

El Consejo reporta que 59 % del café que El Salvador exporta como comercial -con notas más ácidas y amargas-, un 33 % como diferenciado y 4 % inferiores, mientras que solo un 3 % se venden como elaborados.

El dato

En varias ocasiones, la Acafesal ha alertado que la producción venía en declive, pues se pasó de 4.2 millones de qq en 1992-1993 a tener a cosechas inferiores a 800,000 qq.