Los trabajadores asalariados urbanos de El Salvador tienen una prima a su favor de un 13.45 % frente a sus pares en la zona urbana, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El reporte plantea que una mayor productividad de las ciudades está relacionada con salarios más altos que las empresas urbanas pueden pagar a sus colaboradores. El multilateral revisó esta variable en 14 países de la región, donde la prima promedio asciende a 17.6 %.

Honduras tiene la mayor brecha entre los salarios de los empleados a jornada completa en la zona urbana y rural de América Latina, de un 54 %, mientras que la muestra más baja se ubica en Uruguay, con un 4 %.

Con excepción de Honduras, el resto de Centroamérica tiene una diferencia entre los salarios urbanos y rurales en similares dígitos. Panamá registra una prima de un 22.44 %, Guatemala de un 18.43 %, Nicaragua de un 12.16 % y Costa Rica de un 8.37 %.

De acuerdo con la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), el salario promedio de los trabajadores agropecuarios es de $295.74, al menos 2.9 veces menos que los $878 que ganan los empleados de instituciones públicas.

La investigación del BID plantea que la población en la zona rural suele migrar a las ciudades en búsqueda de mejores oportunidades económicas, una ventana en que los países de la región pueden sacar ventaja y mejorar su productividad, que ha mostrado el crecimiento más lento a nivel mundial en los últimos 70 años.

La migración urbana permite a los jóvenes con “ambición” mudarse de zonas rurales con menos producción hacia regiones productivas y donde tienen oportunidades para desarrollar su potencial.

“Estos trabajadores tienen más años activos por delante, y pueden impulsar el crecimiento económico a través del ahorro, las inversiones y el consumo”, añade.

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Saturación en el terreno.

La expansión urbana en América Latina es el resultado de la formación de asentamientos informales, donde reside un 18 % de la población urbana de acuerdo con datos de ONU- Habitat.

Aunque la mayoría de los asentamientos informales se encuentra en zonas periurbanas, caracterizadas por terrenos de menor costo y regulaciones laxas, también pueden ubicar en zonas centrales de las ciudades a lo largo de vías férreas, bajo de los puentes o laderas no aptas para la construcción.

En promedio, en la región latinoamericana hay 90 habitantes por hectárea, una densidad un 80 % más alta que en Europa. En el caso de El Salvador, es de 60 personas por hectárea cuando en 2015 se ubicaban menos de 40.

Como resultado, un 39 % de los hogares salvadoreños vivía en hacinamiento en 2022, según la EHPM.

En esta condición se encuentran las viviendas donde residen tres o más personas por dormitorio.

El hacinamiento es más notorio en la zona rural, con un 52.5 % de los hogares que vive en esta condición, mientras que en la urbana es un 31 %.