El Salvador tiene la segunda tasa más alta de hogares con acceso a electricidad en Centroamérica, según un informe publicado el martes por el Banco Mundial junto a varias organizaciones internacionales, entre ellas de Salud, Energías Renovables y la ONU.

El reporte retoma datos de 2021 para comparar entre los países, cuando El Salvador tenía una cobertura nacional del 98 %. Solo le superaba Costa Rica, que tiene una electrificación total de su territorio y compite muy de cerca con la tasa que reporta Guatemala, también del 98 %.

Panamá tiene una cobertura del 95 %, seguido de Honduras con un 94 % y Nicaragua tiene la tasa más baja, de 86 %.

De acuerdo con el informe, la mayor cobertura de electricidad en El Salvador se concentra en la zona urbana, con un 99 %, mientras que los hogares residentes de la región rural se encuentran en desventaja pues el porcentaje se reduce a 94 %.

En El Salvador, las empresas distribuidoras prefieren instalar plantas de generación distribuida -paneles solares- para llevar electricidad a los hogares de zonas remotas, pues el costo de introducir el sistema es más costoso.

Los datos más recientes de El Salvador sitúan que el acceso a energía eléctrica fue de 98.2 % en 2022, según la última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), elaborada por la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (Onec).

El 1.8 % restante que no tiene energía eléctrica en su vivienda se ve obligado a utilizar candela (0.9 %), panel solar (0.3 %), gas queroseno (0.1 %, usado para lámparas o candiles) y otros métodos, que son usados más frecuentemente en la zona rural.

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Peso de la generación renovable.

El reporte incluye un capítulo sobre la participación de la energía renovable en el consumo final de los países.

Con datos de 2020, el informe señala que la cuota de participación es del 23.7 % en El Salvador, donde los biocombustibles sólidos (como la biomasa) tienen la mayor cuota, con 8.3 %, mientras que la generación hidroeléctrica tiene un 7 % y la geotérmica un 5.2 %.

La Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (Siget) reporta que la capacidad instalada de El Salvador en el segundo semestre de 2022 era de 2,830.10 megavatios (MW).

De estos, las centrales de combustible fósil tenían la mayor tajada del mercado, con un 27.2 %, mientras que 13.4 % corresponde a gas natural licuado y el resto, un 59.4 %, a tecnologías renovables.

Sin alcanzar los ODS.

El informe plantea que el mundo está lejos de cumplir el séptimo Objetivo de Desarrollo Sostenible, que establece que para 2030 todas las personas del mundo cuenten con acceso a energía asequible, segura, sostenible y moderna.

Sin embargo, hay 675 millones de personas en el mundo que viven sin electricidad, cuya gran mayoría (el 80 %) corresponde al África subsahariana.

Este objetivo supone que las personas preparen sus alimentos sin combustibles nocivos, un renglón donde hay menos avances. Por ejemplo, en África o Asia, un hogar puede dedicar hasta 40 horas a la semana para recoger leña y cocinar con ella, a pesar de que esto representa un daño para la salud.

En El Salvador, el 90.6 % de los hogares compra gas licuado de petróleo (GLP) para preparar sus alimentos, seguido de un 5.9 % que aún utiliza leña.

El dato

Mientras que en la zona urbana el 94.4 % usa gas para cocinar, en la rural ese porcentaje baja a 84.1% y sube a 12.9 % quienes usan leña (1.7 % urbano).