La pérdida de productividad laboral debido al estrés térmico podría alcanzar un 6.2 % para 2030, de acuerdo con un reporte presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en el marco de la COP28.

La agencia de las Naciones Unidas presentó ante los líderes mundiales reunidos en Dubái un informe sobre las necesidades de financiamiento climático para América Latina y el Caribe en su lucha contra el calentamiento. El estudio recoge las tendencias de emisiones contaminantes para 33 países por sector económico, con datos actualizados a 2019, así como el impacto del cambio climático en la economía.

La Cepal recuerda que los años cálidos se asocian con un impacto negativo en la economía por las pérdidas agrícolas o daños en infraestructura durante eventos extremos, pero también afecta al bienestar de las personas.

Debido al fenómeno de El Niño, El Salvador experimentó este año temperaturas récord de 41 grados Celsius. Las condiciones climáticas más cálidas tienen un impacto en la productividad y, por consiguiente, en el desempeño económico.

La Cepal señala que la variación relativa de la productividad debido al estrés por el calor bajó 4.5 % en 2020 respecto al promedio registrado entre 1986 y 2006. Para 2030, será de un 6.2 % y para 2050 llegará a una reducción de un 9.3 %.

“Nuestro documento muestra que, para 2030, la pérdida de productividad laboral debida al estrés térmico podría alcanzar el 10 % en algunos países”, cita el comunicado de la publicación a José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario de la Cepal.

Aumento de temperatura.

Citando a la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la Cepal señala que la temperatura ha aumentado de entre un 0.7 y un grado en América Latina y el Caribe respecto al promedio registrado de 1961 a 1980.

Como consecuencia, los días de exposición a las olas de calor han aumentado y pesa sobre la productividad y el crecimiento. Además, son más recurrentes los episodios de sequía, tal como la sufrida este año en el Canal de Panamá, que es la más severa desde 1944.

En El Salvador, el número de días adicionales de exposición a las olas de calor aumentaron en 2.2 entre 2016 y 2020 en comparación con el promedio de 1985 y 2005.

Surinam y Honduras son los países más afectados con las olas de calor de toda la región latina, donde las temperaturas han aumentado en 15.2 y 11.2 días de exposición, respectivamente.

Sectores más contaminantes.

De acuerdo con este estudio, cerca de un 32 % de las emisiones de gases de efecto invernadero procede de la industria y un 30 % corresponde al sector de transporte.

Un 23 % corresponde a emisiones contaminantes de la agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra, así como un 9 % al sistema de energía y menos de 5 % se derivan de las construcciones.

El parque vehicular de El Salvador supera los 1.7 millones de unidades, de los cuales un 83.5 % utiliza gasolina y un 15.31 % diésel como combustible. El resto corresponde a automotores híbridos, eléctricos, gas licuado o biocombustible.

El Salvador dio sus primeros pasos hacia la electromovilidad en 2018, pero el despliegue del sector ha mantenido una marcha lenta y los vehículos eléctricos -entre motocicletas y carros- apenas representan un 0.02 % del parque, con 314 unidades.

El dato

La Cepal señala que cumplir con los compromisos de acción climática requiere una inversión de 3.7 % a 4.9 % del PIB en la región para 2030. Sin embargo, en 2020, apenas llegó a un 0.5 % del PIB.