Unos deportistas participan convencidos de que Nicaragua, uno de los países más pobres del hemisferio, tiene la pandemia “bajo control”, con menos de una docena de casos reportados por las autoridades; otros por amor al deporte o por miedo a perder sus contratos por abandono laboral.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, aseguró el miércoles pasado, en su primera aparición pública tras un mes de ausencia, que el avance de la pandemia en el país es “lento” y rehusó declarar cuarentena, cerrar fronteras o exigir el distanciamiento social como hace el resto del mundo.