Suecy Callejas empezó a trabajar desde los 15 años como maestra de danza creativa y preballet. En esa época centenares de sus alumnas la conocían como “Miss Sue”. Reconoce que la vida “siempre es traviesa y me ha puesto pruebas difíciles” pero sostiene que la danza la salvó, la formó y le ha dado alimento siempre. Callejas dice que sus maestras de danza han sido ángeles en su vida y tienen un lugar especial.
Hoy es candidata a diputada por el partido Nuevas Ideas y compartió con Diario El Mundo sus ideas sobre la Asamblea, sus planes, su visión de la vida nacional.
Cuando uno piensa en Suecy Callejas uno ve a la funcionaria joven, con una carrera en la danza, una profesional que sobresale como ministra de Cultura del gobierno del presidente Nayib Bukele. ¿Cómo se describe usted?
Me describo como una salvadoreña agradecida con Dios y la vida por haberme permitido dedicarme al arte a través de la danza. Aunque la vida siempre es traviesa y me ha puesto pruebas difíciles, yo siempre he dicho que la danza me salvó, me formó y me ha dado alimento siempre. Inicié a trabajar con 15 años, porque mis papás creyeron que era lo mejor, para que conociera el valor del trabajo y gracias a varias maestras que me dieron la oportunidad, fui maestra de danza creativa y pre ballet por más de 8 años. Ahora de vez en cuando me encuentro a las que eran mis bebés en la calle o a sus familias, me gritan “Miss Sue” y me siento súper orgullosa de verlas en la universidad, algunas siguen bailando, otras ya son mamás, pero que siempre estaremos conectadas por la danza. Mis maestras de danza han sido ángeles en mi vida y tienen un lugar especial, ellas complementaron mi educación para la vida.
Soy luchadora, como buena salvadoreña y estoy orgullosa de mis raíces indígenas, lamento mucho que el conflicto armado haya desconectado a mi familia, pero ese es un drama social que compartimos muchos en el país, sin embargo, hemos ido sanando poco a poco. Por eso defiendo tanto el derecho de tener memoria histórica y respetar las memorias de El Salvador.
A nivel más personal: Soy mamá perruna, me acompaña un bello pointer inglés, Yago; me sigo entrenando en el ballet, mi comida favorita siempre serán las pupusas. Estoy muy agradecida con mi familia por siempre estar a mi lado, apoyando mis decisiones a pesar de todo, como por ejemplo dedicarme al arte o ahora entrar en política. Sin ellos nunca me hubiese ido a Cuba a estudiar danza y sin mis maestras nunca me hubiese ido a audiciones fuera.
De mi mamá y mis abuelas heredé una gran intuición y cada día como Secretaria de Cultura de San Salvador o como Ministra de Cultura, le agradecí a mi papá por empujarme a estudiar derecho (jurisprudencia), porque eso ha hecho que mi vida laboral sea más llevadera y me dio perspectiva. Hace unos años tuve la oportunidad de encontrar la gestión cultural y gracias a ella hice un puente entre la danza, el derecho, la cooperación internacional y las políticas públicas. Ahora soy gestora cultural, aunque ¡una vez sos bailarina, nunca dejas de serlo!
¿Cómo es la evolución de una joven bailarina profesional y abogada hacia la política, hacia el servicio público?
Le confieso que fue porque me di cuenta del mundo de posibilidades positivas de la gestión pública. Es decir, por supuesto que no es un espacio que una deba tomarse a la ligera, está tremendamente desfigurado, en las últimas décadas la corrupción ha sido descomunal y sabemos ya que no solo se robaron dinero, si no los sueños, la oportunidad de crecimiento y el bienestar social de las familias salvadoreñas. Pero mi interés no fue tanto entrar en el servicio público, si no trabajar con el Presidente Bukele cuando él inicio su carrera política como alcalde en Nuevo Cuscatlán, porque yo creí y creo en el proyecto, que es más grande que todos nosotros.
Con la Primera Dama, Gabriela de Bukele, compartimos una cercanía importante desde hace mucho tiempo, siempre planeábamos y soñábamos con programas, compañías y nuevas formas de crear espacios para los artistas, para la gente, la niñez, pensando desde todo aquello que faltaba cuando nosotras éramos estudiantes de danza y luego bailarinas. El génesis de todo fue un gran equipo, un gran líder y nuestras ganas de cambiar las cosas como las conocíamos y crear aquellas oportunidades que nosotros no tuvimos desde lo público para que todos tuvieran acceso a las artes y al bienestar, que la conexión que la creatividad le da al ser humano no sea solo para aquellos que lo podían pagar o que habían tenido suerte, como yo.
El Ministerio de Cultura parece el puesto ideal para usted, por su trayectoria, pero ¿por qué ha decidido postularse como candidata a diputada, tomando en cuenta la mala imagen que la Asamblea suele tener?
¡Ja ja ja! Cierto. Pero yo creo en este gobierno, y decidí seguir apoyando todo el plan estratégico del Presidente Bukele, que además ayudé a construir, el Plan Cuscatlán esta pensado para generar bienestar social e invertir en seguridad, salud, vivienda, educación y cultura.
Apoyar al ejecutivo para que tenga gobernabilidad es lo más importante en este momento. Este año ha sido duro para todos en el mundo, especialmente para El Salvador por que es el país donde vivimos. El COVID nos demostró que las decisiones deben tomarse en el tiempo justo y rápido, las emergencias y la gestión de El Salvador, no pueden seguir dependiendo de los intereses de las cúpulas de los mismos de siempre y las decisiones que afectan a las familias salvadoreñas no se pueden seguir tomando por el intercambio de maletines con dinero o reparto en el manejo de instituciones públicas.
¿Cómo dignificaría la imagen de la Asamblea?
Si bien considero que parece un reto muy difícil cambiarla por completo, estoy segura que todas esas prácticas negativas (de las que hablamos en la pregunta anterior) deben parar y creo que con el apoyo del pueblo salvadoreño, podemos al menos comenzar a poner los cimientos de una nueva cultura política al servicio de la población, sin corrupción y sin tráfico de dinero e influencias, con transparencia.
Los cambios culturales son los más difíciles de hacer, pero son los que perduran y yo estoy comprometida junto al gobierno del Presidente Bukele y nuestro partido Nuevas Ideas a iniciar esa transformación, con la claridad de cada salvadoreño y salvadoreña es dueña y responsable de sus propias acciones.
¿Qué propuestas de ley presentaría usted de ser elegida diputada?
Mi compromiso es y será siempre con las familias salvadoreñas. Yo creo que más que mis intereses, lo que debe primar es el bienestar de la población. Dicho esto, y sabiendo que la Asamblea es un lugar de consensos, creo que el trabajo legislativo debe ir orientado a: 1. Ordenar los marcos legales existentes, muchas de nuestras leyes son de hace varias décadas y no están a la altura de lo que el país necesita o se contradicen con otras más nuevas que también están vigentes; 2. Modernizar nuestros marcos legales y, 3. Fortalecer nuestro estado de bienestar.
Somos un país en donde la mayoría de las personas, aun no tienen cubiertas sus necesidades primordiales, debemos cubrirlas, pero ya no “decir que lo vamos a hacer”, debemos hacerlo y mi compromiso está ahí, con la población, para que el acceso de servicios básicos, educación, salud, seguridad, cultura, sea democrático para todos y eso nos dé espacio de soñar y de pensar en la realización personal que todo ser humano merece.
Hay muchos pendientes en materia de seguridad pública, salud pública, educación, transparencia, ¿cuáles son sus pensamientos en esos temas?
Es un compromiso de todos los órganos del Estado avanzar sobre estos temas. Creo que el problema hasta ahora es cada uno (Asamblea, Ejecutivo y Judicial), van a ritmos distintos, con intereses distintos y así no podemos avanzar a la vez. Así es como suceden las colisiones… El Estado está pensado para que funcione en armonía. Yo soy una mujer que ha aprendido que el único camino de resolución y de avance es la conciliación, pero los derechos no se negocian, se protegen. Tenemos que avanzar, tenemos que dejar de ser un país que expulsa a sus talentos, al que los funcionarios públicos le roban millones dólares y luego huyen y se asilan con la excusa de que son perseguidos políticos. Tenemos que llegar a ser un país orgulloso de su sistema de su salud, de su sistema educativo, de sus raíces culturales y de la mezcla de culturas que la migración ha provocado, que abrace a nuestros hermanos de la diáspora y les ofrezca posibilidades de regresar, cuando quieran.
¿Qué propone en seguridad?
La seguridad es lo primero, pero no funciona solo el combate a la violencia, debemos cerrar el ciclo, mejor educación, más opciones para nuestra niñez y juventud, la educación no se puede maquilar, cada ser humano tiene talento para algo distinto y nosotros debemos acompañar a cada niño y cada niña para que desarrollen al cien por ciento su potencial, el de ellos, no el que le convenga más al gobierno o al sistema económico de turno.
Lo bonito de este país, es que es un país de oportunidades y si el pueblo salvadoreño lo decide así y me da la oportunidad, mi compromiso es iniciar el camino de un cambio en la cultura legislativa de nuestro país, porque yo aquí quiero vivir, envejecer, criar una familia y reitero que mi trabajo estará dedicado a crear oportunidades para el desarrollo de El Salvador.
Perfil
Suecy Callejas Estrada
Bailarina, gestora cultural y abogada.
Especializada en danza contemporánea, en el Instituto Superior de Arte de La Habana, Cuba.
Es licenciada en Ciencias Jurídicas de la UCA. Ha sido ministra de Cultura.