En enero pasado, se inauguraron las instalaciones en el puerto de La Unión, donde operará el ferry entre El Salvador y Costa Rica. Las obras tuvieron apoyo del Banco Mundial y fondos de CEPA. / DEM


El comercio regional sufrió un nuevo impasse la semana pasada tras la entrada en vigor de disposiciones del Gobierno de Costa Rica para regular el ingreso de transporte de carga, que desembocaron en un problema para el movimiento de mercancías en Centroamérica.

Las gremiales de exportadores de la región consideran que la iniciativa del ferry se habría convertido en una opción para disminuir el impacto de las medidas que han bloqueado el paso de mercancías entre el norte y sur del istmo.

“Nosotros hemos venido hablando por largo tiempo de ese proyecto. El ferry habría sido una alternativa muy buena”, dijo Silvia Cuéllar, directora ejecutiva de la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport).

El proyecto del ferry sigue sin encontrar puerto, luego de que incluso el tema escalara a las presidencias de El Salvador y Costa Rica que pretenden apoyar la creación de una ruta alterna para el comercio intrarregional.

El plan original contemplaba unir a los puertos de La Unión (El Salvador) con Caldera (Costa Rica). La semana pasada las autoridades ticas confirmaron un nuevo impulso a la iniciativa, en medio de la nueva crisis, y buscando espacios para activar la ruta haciendo espacios en Puerto Golfito.

“Hemos escuchado a las autoridades de Costa Rica y El Salvador y se están poniendo de acuerdo para que no sea (Puerto) Caldera sino Golfito, que no queda tan cerca de la capital, pero es una alternativa que debemos trabajar por que siempre tenemos problemas con el transporte”, dijo Cuéllar.

Explicó que la ruta terrestre es susceptible a huelgas, paros y bloqueos que paralizan a la cadena logística y provocan millonarias pérdidas al sector. “Si tuviéramos una alternativa marítima tendríamos opción para salir de esta situación”, dijo.



Financiamiento

Juan Ramón Rivera, presidente del Instituto Costarricense de Puertos del Pacifico (Incop), dijo a medios en Costa Rica que Golfito hace más viable la operación y que incluso permitiría contar con un esquema de tarifas más sencillo, además de ofrecer otras facilidades como mayor espacio y un muelle propio.

“Como se ha informado, el puerto de Caldera se encuentra colapsado desde el 2017, sumado a eso, su diseño original que data de los años 70, no cuenta con las condiciones necesarias para brindar el servicio del ferry, por lo que el Gobierno está en conversaciones con el Banco Centroamericano para la Integración Económica (BCIE) para consolidar una cooperación no reembolsable a fin de acondicionar el predio para la operación del ferry entre ambos países, préstamo que aún se encuentra en trámite”, informó el Incop en un comunicado.

Tanto Cuéllar como Rivera sostienen que un punto en contra es que la distancia desde la terminal a San José es mayor que con la de Caldera. Laura Bonilla, presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), explicó que no es la primera vez que el comercio regional sufre afectaciones y que el ferry sigue firme como opción.

Rivera explicó que el proyecto sigue su curso y que aún están en el proceso para recibir ofertas de posibles operadores de la ruta.Confirmó que siguen las pláticas con varios operadores para ver cuál es el primero en conseguir un barco

De acuerdo con el Viceministerio de Infraestructura y Concesiones de Costa Rica, dos grupos empresariales han mostrado interés y han presentado propuestas al Ejecutivo.

El año pasado, Grupo Desacarga confirmó su interés en operar el ferry regional, sin embargo, insistió en que estaba a la espera de la asignación de un espacio en el saturado Puerto Caldera para asegurar un barco que cumpla con las condiciones para la ruta. Esto no se ha concretado.