El Fondo Monetario Internacional (FMI) reitera sus recomendaciones a El Salvador de aplicar medidas permanentes para incrementar sus ingresos y reducir sus gastos entre 2021 y 2024.

En su reporte correspondiente al préstamo de $389 millones que aprobó el directorio ejecutivo del FMI para enfrentar la crisis económica derivada de la pandemia, como parte de su Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR), el multilateral presenta un abanico de medidas para que El Salvador logre aplicar un ajuste fiscal en los próximos tres años y colocar la deuda pública en una tendencia decreciente para 2030.

Las finanzas del Gobierno salvadoreño se verán fuertemente afectadas por la crisis sanitaria ante el COVID-19. El FMI prevé que la economía nacional se contraiga en hasta 5.4 % este 2020 frente a un incremento en las necesidades de financiamiento para atender la emergencia y una reducción de los ingresos tributarios por la paralización del tejido productivo.

El Ministerio de Hacienda prevé una caída en los ingresos tributarios arriba de $400 millones, mientras que, por otro lado, necesita más recursos para atender la crisis con la emisión de nueva deuda con los $2,000 millones que le aprobó la Asamblea Legislativa. De esa forma, la deuda pública aumentará ocho puntos porcentuales y llegaría al 80 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Para el FMI, aplicar una ajuste fiscal gradual en 3 % del PIB entre 2021 y 2024 garantizaría la sostenibilidad de las finanzas y el cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal (de momento suspendida por la pandemia) para llevar a la deuda pública a un tendencia del 60 % del PIB en 2030.

“La mayor parte del ajuste debe implementarse en 2022-2023, cuando el riesgo de reinversión comenzará a intensificarse debido a los reembolsos de Eurobonos, y se espera que la economía se haya recuperado del impacto pandémico”, indica el FMI en su informe.

Recomendaciones

Si bien no es la primera vez que el FMI le pide a El Salvador aplicar medidas para incrementar sus ingresos, en esta ocasión le sugiere aplicar disposiciones que amortigüen el impacto de la crisis. Entre su coctel de sugerentes sugiere un aumento al impuesto especial para las gasolinas y el diésel aprovechando el desplome en el precio del crudo a nivel internacional y que, por consiguiente, han abarato los valores en el último mes para los combustibles comercializados en el país.

El Fondo Monetario también sugiere un aumento en los ingresos fiscales con la introducción del impuestos a la propiedad y un incremento a la tasa del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a partir de 2022 (ver tabla para proyecciones).

La institución reitera su recomendación de disminuir el gasto corriente del Gobierno a través de una reducción en las remuneraciones pero a partir de 2021. Para esto, sugiere congelar las contrataciones, jubilación anticipada de empleados y centralizar las adquisiciones de ministerio e instituciones públicas.

En el documento se destaca que el Gobierno ya plantea medidas tributarias para 2021 y 2013, como la facturación electrónica, código fiscal simplificado, y evasión fiscal.