Sistemas de riego y captación de agua mejoran los cultivos. / Cortesía


El Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (Cesta) impulsa la adopción de nuevos sistemas productivos para zonas en riesgo por la falta de lluvias por el cambio climático.

La organización no gubernamental desarrolla desde 2018 un proyecto piloto en el municipio de Santa Clara, San Vicente, el cual se puso a prueba con la pandemia del covid-19 ya que aseguró los alimentos para la comunidad mientras duraron los esquemas de cuarentena que limitaroin la movilidad.

Ricardo Navarro, presidente del Cesta, dijo que el cambio climático es un hecho y es una condición que “nos puede poner de rodillas” y que en países, como El Salvador, deficitarios en la producción de alimentos, es necesario tomar acciones que ayuden a paliar las crisis ambientales.
Las comunidades decían que no desarrollaban otros cultivos como hortalizas porque decían que era imposible”. Walter Gómez, especialista a cargo del proyecto

Mejores prácticas.


Walter Gómez, especialista a cargo del proyecto “Prácticas agroecológicas con mayor resiliencia al cambio climático desarrolladas en zonas del corredor seco”, explicó que mediante la iniciativa se han beneficiado a 310 familias de siete comunidades que antes solo se enfocaban en la producción de maíz, sorgo y frijol.

“Las comunidades decían que no desarrollaban otros cultivos como hortalizas porque decían que era imposible, pero con la intervención logramos impulsar otros cultivos”, dijo.

Santa Clara, como otros poblados en el corredor seco, enfrenta problemas por los procesos de desertificación y erosión del suelo, entre otros retos acentuados por prácticas tradicionales para la producción de granos básicos como la quema de los terrenos para la preparación antes de la siembra.

Las familias pueden vender los excedentes de la cosecha. / Cortesía


Lázaro Amaya, agrónomo y enlace de comunidad con la alcaldía de Santa Clara, explicó que el proyecto ha permitido cambiar la visión de los agricultores y que ha dado frutos, ya que se ha creado un sistema de huertos caseros con esquema de riego por goteo e invernaderos que permiten cultivar hortalizas y verduras, lo que les permitió a las familias tener acceso a una mejor dieta alimenticia.
El cambio climático es un hecho y es una condición que nos puede poner de rodillas, en especial a países deficitarios en su produción de alimentos”. Ricardo Navarro, presidente del CESTA

Destacó que entre los nuevos productos cultivados en la zona están chiles, tomates, pepino, pipián, camote, hierbas aromáticas y otros como guineo, limón y aguacate.

Gómez destacó que la intervención incluye el impulso a prácticas como “la cosecha de lluvias”, mediante la construcción de reservorios para captar agua en la temporada de precipitaciones, así como la construcción de invernaderos que alejan a plagas comunes como la mosca blanca.

Asimismo, destacó el impulso a la siembra de especies frutales y otras especies que facilitan el acceso a materia orgánica y leña.

La idea es diversificar cultivos más allá de maíz y frijol. / Cortesía


Amaya explicó que con la ayuda de la municipalidad de Santa Clara se abrió además un espacio para la venta de los productos en la zona urbana de la localidad, lo que significa un ingreso adicional para las familias.

El Cesta sostuvo que la seguridad y la soberanía alimentaria es más difícil de mantener en zonas del corredor seco y que el camino para ayudar a mejorar las condiciones es la capacitación para el impulso de prácticas agroecológicas con bajo uso de químicos.

Navarro agregó que este tipo de esquemas tienen el potencial de replicarse a escala nacional para mejorar las condiciones de vida de muchas familias en riesgo.

 

El dato


El cambio climático, además de sequías o inundaciones, genera otras vulnerabilidades como la proliferación de plagas que afectan a los cultivos tradicionales.