Unos 2.000 salvadoreños, en su mayoría jóvenes de comunidades pobres, marcharon este sábado desde un paso fronterizo con Guatemala para reclamar a la sociedad y al Gobierno oportunidades de desarrollo para no verse forzados e emigrar.
Bajo el lema "Me quedo en El Salvador", los jóvenes, de diferentes zonas del país y algunos acompañados por sus padres y abuelos, se concentraron en el paso fronterizo de Las Chinamas, 100 km al oeste de San Salvador.
Esta caravana al revés y por la integración simboliza el deseo de millones de salvadoreños que quieren quedarse en el país, pero que necesitan de proyectos integradores que realmente impacten en su futuro y generen verdaderas salidas de la pobreza". dice un comunicado de Fundación Forever, promotora de la marcha.
Usando camisetas blancas y gritando a todo pulmón la frase "apoyemos la integración", caminaron desde la frontera un par de kilómetros en dirección al interior del país, para simbolizar su deseo de no migrar.
"Caravana al revés" se llamó la caminata, en contraposición a las caravanas de miles de migrantes centroamericanos ,de Guatemala, Honduras y El Salvador, que han intentado llegar a Estados Unidos.
La clave está en que, si queremos cambiar como sociedad, que haya más progreso, inclusión, hay que trabajar en conjunto. Eso nos abre oportunidades a todos, no solo los jóvenes que muchas veces, porque no las hay, deciden irse del país". dijo José Fernández, estudiante de administración de empresas de 21 años.
Según cifras de organizaciones que trabajan con migrantes, entre 200 y 300 salvadoreños abandonan a diario su país, sin documentos, rumbo a Estados Unidos.
Prevención de la violencia.
Queremos menos migración, entonces que haya más integración, es muy necesario que le respondamos a la gente, no es posible que se le siga robando el futuro a los pobres". aseguró el presidente de la Fundación Forever, Alejandro Gutman, organizador de la marcha.
Se trata, según Gutman, que el Gobierno, la empresa privada y las organizaciones civiles "se integren" para apoyar proyectos que permitan a los jóvenes culminar sus estudios de secundaria y universidad, y que con una carrera profesional puedan optar por un trabajo que de calidad de vida a su familia.
En todo el país, precisó, la fundación ha ayudado en el último año, en conjunto con universidades privadas, a unos 1.000 jóvenes para que tengan una carrera universitaria.
La fundación no solo trabaja con muchachos, también integra en muchos casos a los padres y abuelos como promotores voluntarios en temas sociales como prevención de la violencia en las comunidades, que en muchas zonas están controladas por las pandillas.
David Díaz, director administrativo de la privada Universidad Modular Abierta (UMA), opinó que la tarea debe comenzar transformando las vidas de los jóvenes y de sus comunidades.
Si queremos que los jóvenes se queden, que no migren, entonces unámonos, apoyando proyectos de desarrollo y haciendo que los jóvenes se conviertan en replicadores de su experiencia en sus comunidades". dijo Díaz.
De acuerdo con Gutman, al menos una decena de universidades se han sumado a la iniciativa y apoyan otorgando becas de estudio.