Mauricio "pipo" Rodríguez revivió sus años con la selección nacional


 

Mauricio “pipo” Rodríguez tuvo el privilegio de vivir los dos mundiales de la selección salvadoreña, México 1970 y España 1982, el primero como jugador y el segundo como técnico. El mediocampista nacional también disputó los Juegos Olímpicos 1968 y militó en la UES de 1963 a 1972, etapa que le brindó la oportunidad de formar parte del combinado azul en el momento idóneo.

“Fuimos el primer equipo en el área centroamericana y el caribe que clasificó para competir en un Mundial. La sensación fue grandísima, uno no logra entender lo importante qué es eso hasta que pasa el tiempo, en ese momento estábamos alegres por haber clasificado, pero no dimensionábamos realmente lo importante que era para el país y el fútbol de El Salvador el logro conseguido”, dijo el mediocampista salvadoreño.

Además agregó, “Para el Mundial de México 70 fue casi un 70% de los jugadores que habíamos competido en los Juegos Olímpicos dos años antes. Éramos una generación que se mantuvo bastante unida y compacta fueron muy pocos los cambios que se produjeron a pesar de cambiar tanto de entrenador”, apuntó “Pipo” acerca de ser dirigido en la selección nacional por tres técnicos (el nacional Rigoberto Guzmán en 1968, el argentino Gregorio Bundio 1968-1970 y el chileno Hernán Carrasco Vivanco 1970) en dos años.

En relación a su etapa con la selección nacional preolímpica, Rodríguez contó una anécdota curiosa. “Logramos estar dos días en la Villa, recuerdo que fuimos a ver atletismo y tambíen me acuerdo que una de esas veces me toco comer en la Villa y delante mio iba un levantador de pesas ruso que la espalda era como una pared y se sirvió dos-tres platos llenos de comida que casi se me quita el hambre, era una monstruosidad”.

“Pipo” antes de llegar a la UES tuvo la oportunidad de ir a FAS, pero no quiso debido a sus estudios en el alma máter. “Tuve que platicar con los directivos de FAS de que no iba a jugar en el equipo porque no podía entrenar e ir a mis clases y ya lo había pactado con mi familia, pero tuve la suerte que la UES que estaba en ascenso subió a Liga Mayor y casualmente el entrenador era Conrado Miranda, que ya me había dirigido”.

Aparte de la ventaja de jugar en el mismo lugar que estudiaba, se ganó la confianza de los directivos de la UES. “Tenía algunas cosas favorables por ejemplo, yo vendía materiales de construcción; ventanas y puertas de vidrio, y mis clientes eran los mismos directivos de la Universidad que eran ya ingenieros, entonces me compraban para sus construcciones y era una ventaja enorme que no tenía cualquiera”.

Rodríguez comentó que sus compañeros de la selección nacional aún se reúnen para ayudarse entre sí. “la amistad que nos quedó es muy grande tanto así que tenemos 50 años en la que nos reunimos dos o tres veces mínimo sino es que más y cuando alguno de nosotros está en problemas siempre nos comunicamos entre los demás para ver que se puede hacer”