A partir del 1 de mayo venidero habrá alcaldes y concejos que gobernarán locamente a distritos en los que sus paridos políticos perdieron, lo cual es una suerte de los efectos de juego democrático. El principal reto de estos nuevos jefes edilicios y sus regidores es despojarse de sus colores partidarios y su origen geográfico, para gobernar para todos y dar solución a las necesidades locales, las cuales obligadamente deben conocer.

Cada distrito tiene sus propias necesidades y sus peculiaridades que los hacen diferentes. Algunos podrán tener vocación turística, agrícola, industrial y otros estarán marcados por la pobreza, las carestías y otros elementos que son parte de su idiosincrasia. Los municipios, reducidos ahora a 44, tendrán una diversidad culturalmente hablando. Cada uno con sus particulares y características que por ego, costumbre y orgullo no cederán y al contrario buscarán fortalecer.

El reto para los futuros concejos es mayúsculo, pues se trata de gobernar a poblaciones mayores y áreas geográficas de más extensión. Algunos distritos fueron agrupados de manera arbitraria sin tener conectividad vial, por ejemplo,San Francisco Chinameca,​que fue incluido en La Paz Oeste, sin que tenga vías de acceso al resto de distritos. Desde luego, un reto para el nuevo gobierno local será gestionar una vía de acceso entre ese y los demás distritos.

Los nuevos concejos tienen que empaparse cuanto antes de las necesidades de obras de cada distrito, respetando y fomentando la participación ciudadana. Residentes en otros distritos no pueden decidir sobre las realidades que desconocen en determinados distritos. Los alcaldes y sus regidores deben gobernar con inteligencia, sin criterios partidarios y con transparencia, rechazando el compadrazgo, el nepotismo y la afinidad ideológica.

Desde decidir en cual distrito estarán asentados los alcaldes hasta nombrar a quienes harán las veces de directores o gerentes distritales, deben hacerlo con criterios técnicos y no con valoraciones partidarias. Quienes sean los representantes de los concejos en los distritos deben ser personas conocedoras de la gestión edilicia y con una amplia visión para poder hacer empatía con la ciudadanía y sobre todo gestionar debidamente la solución a los problemas locales.Los concejos deben rodearse de técnicos o excelentes administradores.

Tanta es la peculiaridad entre distritos que conformarán un mismo municipio, que tienen diferentes tasas e impuestos y asimilitud en los servicios básicos que reciben. En algunos reciben excelente servicio de recolección de basura, pero en otros es deficiente. Todo sin contar que cada distrito cuentacon sus propias fiestas patronales, sus tradiciones exclusivas y sus particularidades determinadas por su entorno y su “personalidad colectiva”.

Hasta ahora cada alcalde de los aún 262 municipios ha gobernado fundamentado en su libre albedrío. En algunascomunas es desproporcional la cantidad de empleados en relación a la población local o en relación a los servicios que prestan. La mayoría de comunas fueron rellenadas con activistas del partido que ejerce el gobierno local y los nuevos concejos tendrán el reto de equilibrar dicha situación. En algunos sobran empleados y en otras hacen falta o están ml utilizados.

En cuanto a las deudas de los actuales municipios, es obvio que no son iguales, por lo que los nuevos municipios deben asumir la de todos los distritos, pero los nuevos concejos deben actuar con equilibrio y ecuanimidad, pues no deben afectar a la población de los distritos más pobres, en el sentido que con sus tasas e impuestos les corresponda saldar una deuda por préstamos (algunos millonarios y mal administrados) de lo cual nunca recibieron beneficios. No están obligados a homologar las tasas e impuestos, pero si deben urgentemente hacer una exhaustiva revisión de los mismos. Están obligados a revisar los servicios que prestan para mejorarlos sustancialmente.

Los futuros alcaldes y concejales deben saber que ante la ausencia directa del FODES su mejor herramienta es la buena y efectiva capacidad de gestión ante organismos internacionales y desde luego ante la Dirección de Obras Municipales (DOM). Será fundamental la transparente administración de los recursos propios y el fomento de la participación ciudadana. Los gobiernos locales deben potenciar la rendición de cuentas y apostarle al desarrollo local. Desburocratizar y humanizar los despachos es una forma de transparentar la gestión edilicia.

El éxito de una administración local es el trabajo de campo, es decir, ir a las comunidades y acompañarlos en sus necesidades. Escuchar sus inquietudes y si es factible darles soluciones. Es fácil gobernar localmente a base de bailes o corridas de cinta, pero eso no es la salida correcta. Algunos alcaldes llevaron fiestas y diversión a las comunidades que ahora siguen sin casas comunales, sin vías de acceso, sin adecuados servicios básicos, con pobreza, sin fuentes de trabajo. Literalmente con las mismas carencias.

A partir del 1 de mayo los futuros alcaldes y concejales deben cambiar su dinámica de ejercer el gobierno local. Deben entender que ya no se deben a partidos políticos, sino a miles de pobladores que distribuidos en distritos conforman sus municipios que confiaron en ellos. El trabajo territorial que es espera es amplio.

Otro reto de lo concejos plurales es desvincularse de inmediato de sus propias aspiraciones personales o partidarias. Si dentro del concejo ejercen como opositores, que sea una oposición propositiva y si ejercen como oficialistas, que sea un acompañamiento racional. Deben tener presente que se deben a la ciudadanía.

El juego de la democracia ya dio resultados. Con una muy baja participación de la ciudadanía votante (demasiada baja, con alrededor del 30 por ciento del padrón electoral) se eligieron a los futuros 44 alcaldes y concejos. Ahora los ciudadanos estamos facultados para comenzar a exigir desarrollo local y transparencia.