Nuestro país es pequeño en territorio, pero grande en bellezas. Muy lindo. Relativamente todo nos queda cerca. Tenemos turicentros, montañas, lagos, playas, parques, sitios arqueológicos, comidas típicas, pueblos vivos y coloridos, tradiciones, costumbres y todo tipo de turismo a la mano. Nuestra gente es tesonera y laboriosa y sabe sacarle provecho a la diversión. Lo tenemos todo, en estos 20 mil kilómetros cuadrados, en materia de turismo. No necesitamos salir del país para disfrutar de nuestras vacaciones agostinas. Salvadoreños quedémonos en nuestro país disfrutando de lo bello de esta nación y dinamicemos la economía local.

La mayoría de empleados públicos comenzamos hoy nuestras bien merecidas vacaciones agostinas. Los empleados privados se irán sumando de a poco. Nuestro país tiene capacidad para recibirnos a todos en los sitios de diversión. Tenemos acogedores lugares turísticos. En algunos se pagan tarifas mínimas, pero en la mayoría su acceso es gratuito. Disfrutemos mucho, sin olvidar la espiritualidad. Recordemos que son las fiestas en honor al patrono de los salvadoreños. Al Divino Salvador del Mundo. Nuestro Señor Jesús.

La diversión debe ser sana y agradable. Debemos disfrutar en familia y con los amigos con tolerancia para que todo resulte ameno y con buenas experiencias. Las playas, las montañas, los pueblos vivos y todo sitio turístico permanecen en el mismo lugar, en ningún momento se alejan. La distancia, desde donde quiera que vayamos, siempre será la misma de siempre. No necesitamos ir corriendo en carretera, con nuestra familia a bordo. No nos expongamos a sufrir un percance en carretera, peor aún, un accidente con fatales consecuencias. Conduzcamos a una velocidad normal para regresar felices a casa. Tenemos que armarnos de tolerancia y paciencia. Nada de ir disputando vía, corriendo a 100 por hora, ansiosos de llegar primero. Se trata de divertirnos alegremente, no de generarnos angustias innecesarias por culpa de un accidente o de un percance que perfectamente pudo evitarse. Respetemos a las autoridades, obedezcamos indicaciones de los gestores de tráfico, de los guardavidas, y de todo aquel que nos oriente debidamente. respetemos a los conciudadanos y que nuestra diversión no sea motivo de malestar para otras personas. Recordemos que, en vacaciones, en algunos tramos fuera de la ciudad, el tráfico se pone pesado. Esto lo debemos tomar en cuenta para hacer las idas y retornos con mucha paciencia. Todos tenemos derecho a disfrutar de las vacaciones y cuando vamos a un sitio turístico el objetivo es la diversión, respetando la intención de los demás.

En vacaciones suelen incrementarse los índices de accidentes viales y como consecuencia los lesionados y los muertos. La mayoría de percances son originados por la distracción al volante y el consumo de bebidas embriagantes. Conduzcamos con mucha responsabilidad. No nos distraigamos al volante por ocuparnos del teléfono celular y las redes sociales. La gente no necesita saber hacia dónde vamos, por donde vamos y detalles de nuestras vacaciones. Ya habrá tiempo para contestar llamadas, para corresponder mensajes y para publicar en redes todas las fotos de los sitios visitados. Mientras manejamos no es el momento de socializar en redes sociales, por respecto y seguridad de nuestros acompañantes, conductores de otros vehículos, peatones y nosotros mismos. Por favor, no haga uso del teléfono mientras conduzca. Muchos conductores han sufrido accidentes, algunos fatales, cuando en plena carretera se atrevieron a leer, escuchar, escribir o grabar un mensaje. Los celulares son los peores distractores de quien conduce un vehículo.

Tampoco debemos consumir bebidas embriagantes o cualquier tipo de droga. El popular axioma de “si bebe no conduzca” se vuelve fundamental en vacaciones. Recuerde que usted es el responsable de la vida de sus acompañantes, de los peatones, de otros conductores y de la suya. La diversión no debe terminar en una tragedia lamentable por el resto de su vida. Un conductor ebrio puede terminar muerto, lisiado, preso o con un cargo de conciencia permanente por daños provocados. No debemos ser noticia trágica. Entre más desapercibidos más se disfruta. Lo mejor es no consumir bebidas embriagantes o como idealmente se aconseja, tener un “conductor designado”. Todos podemos disfrutar de unas excelentes vacaciones en estado de sobriedad y salud mental.

Como conductores también somos responsables del buen estado de nuestros vehículos. Es nuestra exclusiva responsabilidad garantizar que el sistema de frenos, la dirección, la batería, las llantas, las luces y todo lo concerniente al buen funcionamiento mecánico y eléctrico, esté en condiciones ideales, para no provocar accidentes, congestionamientos innecesarios o quedarnos varados en sitios inadecuados. Antes de salir a la calle, debe cerciorarnos que todo esté bien con nuestro vehículo, de lo contrario no hay que correr riesgos, recuerde que nuestro auto en mal estado se convierte en un arma mortal. Protejamos a nuestra familia.

Probablemente en las carreteras o en los centros turísticos nos encontremos a personas intolerantes deseosas de buscar y encontrar problemas, pero nosotros dediquémonos a lo nuestro y evitamos provocaciones. A vacacionar en un ambiente agradable. Nadie conoce los problemas de las otras personas a las que generalmente no conocemos, por lo que debemos ser amables. Una sonrisa genera otra sonrisa y un grito, otro grito. Como decía mi madre, para que haya un pleito se necesitan al menos dos. Salvadoreños, disfrutemos de estas vacaciones agostinas sanamente en nuestro país. Nuestro pulgarcito de América es lindo. Estamos repletos de sitios hermosos, cerca de nuestros hogares. No tenemos necesidad de salir de nuestro territorio. Playas, lagos, montañas, turicentros, parques, sitios arqueológicos, rutas hermosas... tenemos todo para disfrutar en familia y entre amigos. Eso sí, sin olvidar que estas son las fiestas de nuestro santo patrono y que por ende debemos encomendarnos con fe y amor a Nuestro Divino Salvador del Mundo. Jesucristo.