Si soy abstemio de ninguna manera me debe preocupar que le incrementen el precio a las bebidas alcohólicas. Igual, si no fumo, en nada me afecta que le pongan cualquier tipo de impuestos al cigarrillo. Si soy un conductor respetuoso del Reglamento de Tránsito, pues poco o nada me debe interesar el aumento en el valor de las multas por faltas de tránsito. Quienes intentamos conducir a la defensiva y respetando las normativas viales, pues debemos estar tranquilos, pero aquellos que conducen de manera irresponsable deben poner sus barbas en remojo y aprender a respetar.

La semana pasada a propuesta del Órgano Ejecutivo la Asamblea Legislativa reformó la Ley de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, lo cual contempla el aumento de las multas viales. Asimismo se aprobó el sistema de fotomultas. Las multas leves dejarán de costar $11.43 y pasan a costar $50; las graves ahora valdrán $100 en vez de $34.29 y las muy graves pasan de $57-14 a $150.

Conducir es un privilegio, más aún si lo hacemos en vehículo propio. Un automotor nos facilita un poco la vida, en el sentido que nos ahorramos tiempo y ganamos comodidad cuando nos transportamos, aunque desde luego eso implique la obligatoriedad de gastar en combustible y mantenimiento. Un conductor debe tener pericia suficiente y especialmente mucha tolerancia y respeto por los demás. Un vehículo, mal conducido, puede convertirse en un arma letal para el propio conductor, sus acompañantes, quienes se conducen en otros vehículos y para los peatones.

La mejor forma de conducir es hacerlo de manera concentrada, por mucha experiencia que se tenga; respetando las normas de tránsito; conducir a la defensiva; y hacerlos con mucha responsabilidad. Cualquiera puede salir de su casa lo más tranquilo posible, pero de repente se encuentra con una serie de imprevistos o con la cotidianidad de siempre (léase trabazones, accidentes, calles en mal estado, obras viales, vehículos quedados, etc.), lo cual requiere de una alta dosis de tolerancia y sapiencia para no violar las leyes viales, de lo contrario las multas nos esperan.

Las reformas plantean 200 infracciones acreedoras de multas para el transporte particular, colectivo y de carga- Incluso las reformas conllevan hasta un 50% de descuento cuando el infractor pague la multa en los cinco días posteriores a la imposición o notificación de la misma. Igual conllevan un sistema de puntos, de tal manera que quien acumule cierta cantidad de puntos puede perder su licencia. Con las reformas se consideran graves 37 infracciones cometidas por propietarios del transporte público de pasajeros, con lo cual se supone que se logrará más conciencia tanto de propietarios como conductores de buses y microbuses.
Las reformas, muy adecuadas según mi persona, tienen vacíos, por ejemplo no contemplan sanciones para ciclistas que invaden carriles o que lo hacen sin estar aprovisionados de recursos mínimos de seguridad (cascos, luces reflejantes, etc.). Incluso habrá algunas faltas leves o graves que merecen ser consideradas muy graves, por ejemplo el estacionarse en un redondel o en un trecho angosto provocando graves congestionamiento o exponiendo al peligro a los demás. La Ley debería prohibir de tajo que tres personas se conduzcan en una motocicleta o que un automóvil con capacidad para cinco personas transporte a seis. Las reformas ya aprobadas deben aplicarse con rigor, pero sobretodo con sano juicio.

Lo del sano juicio es importante, porque no van a sancionar con una falta grave a quien circula en zigzag porque va evadiendo cráteres, o a quien se pasa un semáforo en rojo a las 2.00 de la madrugada, cuando no viene ningún automotor ni peatón por ningún lado. Tampoco debería ser objeto de multa quien por circunstancias se ve obligado a hacer una maniobra prohibida, pero controlada. Tampoco a quien deja su carro estacionado frente a su casa en una calle o avenida de poco tráfico, porque no tiene cochera. Con las fotomultas, pues se entiende que la foto en sí es la prueba inalienable de la infracción.

En síntesis, como muchos conductores y peatones, estoy de acuerdo con el alza de las multas por infracciones, pero creo que el Estado también está obligado a garantizar buenas vías en todo el territorio, a poner de inmediato las tapaderas que suelen robarse los antisociales, a acudir de inmediato a los sitios conde ocurren imprevistos (accidentes), a regular los congestionamientos, a concienciar a los responsables de imponer las multas para que lo hagan correctamente y con sano juicio, a culminar las obras sobre las vías de manera pronta y total, a señalizar de manera certera, a iluminar las principales arterias del país, a pintar adecuadamente los túmulos y otros obstructores de velocidad, a regular el uso de las carreteras en el sentido de reglamentar los desfiles y otras actividades y a fomentar la educación vial.

Con las reformar también deben venir las exigencias a las escuelas de manejo. Hay algunas que son un fraude, otras relativamente buenas y hay algunas que hacen con mucha eficiencia su trabajo. Escuelas de manejo que al alumno lo ponen a conducir una cuadra en línea recta para dar su aval.. Hay escuelas que hasta le dan a sus alumnos los exámenes teóricos. Hay que endurecer los requisitos para este tipo de escuelas. Con la entrada en vigencia de las reformas, todos los que tenemos el privilegio de conducir, tenemos que hacerlo con más conciencia, para no hacernos acreedores a multas que, todavía, parecen muy bajas.