El 2022 nos habrá dejado un cumulo de recuerdos y experiencias gratas y no tan gratas. Lecciones aprendidas que tenemos que asumir de mejor manera para sacarle provecho y tratar de vivir un 2023 mejor. Desde luego que nos quedan muchos retos individuales y colectivos los cuales debemos asumir con entereza y mucha fe. La vida no siempre es fácil, pero para vivirla bien depende de las ganas y el positivismo con el cual la enfrentemos. Somos responsables de construir nuestra felicidad y tratar de construir el buen vivir de los nuestros. ¡Bienvenido 2023!

Nos llegó el 2023 y con ello la esperanza renovada de tiempos mejores. Cada vez que inicia un año nos encomendamos a Dios y nos hacemos decenas de promesas y propósitos. Surgen objetivos, algunos nuevos y otros renovados, nos imponemos metas y hacemos un inventario de nuestro pasado para enfocarnos en nuestros futuro. Cada quien tiene sus propias metas y objetivos y el diseño de cómo lograr cumplir cada uno.

Difícilmente sabemos lo que nos depara el futuro y por eso hay que prepararnos para que su desenlace sea lo menos negativo posible. Cómo enfrentar lo que no conocemos, pues con paciencia, fe, tolerancia, ahínco, principios, valores y con toda una gama de buenas actitudes. No podemos incidir sobre el devenir de todas las realidades, pero si podemos incidir en algunas, por ejemplo en las consecuencias del factor medioambiental y en la convivencia social.

De nosotros, individual y colectivamente, depende por mucho, que 2023 sea un buen año. Primero hay que hacer cambios positivos de manera individual, para luego obtener los beneficios colectivos. Tenemos que enrumbar nuestras vidas en aquellos aspectos que hemos actuado mal. Quizá hemos perdido, si alguna vez lo tuvimos, el principio de la tolerancia. Sin darnos cuenta nos volvimos intolerantes en nuestro grupo familiar, en nuestro vecindario, en nuestro lugar de trabajo, en la vía pública, en nuestro contexto cotidiano. Si perdimos la tolerancia, dejamos a un lado un alto porcentaje de nuestra felicidad. Nadie intolerante puede ufanarse de ser feliz y nadie infeliz es capaz de irradiar felicidad en los demás. Así es que este 2023 administremos una alta dosis de tolerancia.

Ser tolerante es una necesidad imperante en todo lugar y en todo momento. En 2023 el tráfico vial en todo el país será igual o más congestionado, la contaminación ambiental será igual o peor, el calentamiento global continuará su marcha, los precios de la canasta básica difícilmente bajarán, los fanatismos en casi todas las esferas de la cotidianidad social seguirán en aumento, las incertidumbres se mantendrán y para solventar o enfrentar toda esa realidad vamos a necesitar de mucha paciencia, tan fácil de poseer, pero tan ajena para muchos... Necesitamos tolerancia.

La tolerancia es nada si no está acompañada de fe y confianza. Fe en un Ser Superior y confianza en Dios y en uno mismo. Dios nos provee de los necesario y nos da las herramientas adecuadas para lograr los anhelos, pero nosotros debemos saber usar esas herramientas para tratar de ser como personas instrumentos al servicio de Dios. Servir a Dios pasa por servir a la familia y a la sociedad. Nadie es sano instrumento si no sirve de buena forma al prójimo. Dios nos da la inteligencia para saber diferenciar el bien del mal. Los caminos del mal parecen estar llenos de flores, dulces y lindos paraje, pero llevan a la perdición. Los caminos del bien parecen azarosos y llenos de dificultades, pero conducen a lo bonancible. Al bien vivir.

En 2023 llenémonos de mucha fe y amos. No solo basta con creer en Dios, hay que creer en su palabra, en su mensaje lleno de misericordia y bondad. La mejor forma de creer en Dios está en procurar hacer el bien común. Hacerlo es convertirnos en personas útiles y altamente propositivos. Acompañar a los demás en la búsqueda de soluciones a sus problemas y a los nuestros. Tener fe es creer en nuestros potenciales y estimular a los demás. Dios nos hizo capaces a todos. Somos semejantes a él y por ende seres valiosos que debemos vivir con dignidad.

Este 2023 pongamos entereza y seamos tesoneros en nuestros esfuerzos. No culpemos a otros de todos nuestros fracasos ni tratemos de arrastrar a otros hacia ellos. La vida es bella y hay que disfrutarla. La vida tiene altibajos. Con entereza enfrentemos los momentos difíciles para sobrepasarlos y con humildad vivamos los momentos álgidos y bonancibes haciendo participes a otros de nuestros logros y triunfos. Un adagio popular dice que las caras que uno ve cuando va hacia arriba son las mismas caras que uno ve cuando viene hacia abajo, lo cual se resume en mantener siempre el piso, sin que se nos suba el ego triunfalista de la vanidad.

Pidamos que este 2023 Dios nos colme de bendiciones y la suficiente cordura para alejarnos de todas aquellas prácticas perjudiciales que nos afecta y dañan a los demás. Encomendémonos a Dios para que el país salga adelante en todos los rubros. Que se superan los niveles de pobreza, que la delincuencia continué a la baja, que la crisis económica nos dañe los menos posible, que nuestra juventud se enrumbe por el camino correcto, que se fortaleza la convivencia social y que todos los salvadoreños vivamos en mejores condiciones de vida. ¡Bienvenido 2023!