Sentí deseos de pararme y darle un puñetazo en el rostro. Fue tanta mi rabia e indignación que si no hubiese sido porque estaba en una audiencia y soy muy profesional, seguramente lo hago. Sentí asco y deseos de vomitar. Resulta que la semana pasada estuve en una audiencia en la cual se procesó a Herbert Alexander Platero Ángel, un tipo de 45 años de edad, acusado de violación agravada en menor e incapaz y agresión sexual en menor e incapaz en la modalidad continuada.

La historia es como sigue: Desde hace mucho tiempo el sujeto contactó por redes sociales a una vecinita de 11 años de edad y comenzó a cortejarla, de tal manera que hace cuatro meses se hicieron “novios”, siendo él 34 años mayor que la niña. El domingo 20 del mes en curso en horas de la madrugada el sujeto ingresó a la casa de la niña, quien le abrió la puerta y comenzaron a besarse en la sala. La madre de la menor despertó y sorprendió al sujeto que salió corriendo. En ese instante la madre acudió al puesto más cercano de la Policía Nacional Civil (PNC), cuyos agentes lo detuvieron en flagrancia.

La niña declaró ante los investigadores que el 20 de octubre pasado tuvo una relación sexual con su “novio” y que el 20 de noviembre ella le abrió la puerta para que ingresara, pues así habían quedado con el sujeto, que le había prometido que se iban a casar, a tener una familia y muchos hijos. La pequeña, que en todas sus entrevistas se refiere al delincuente como su “novio” fue llevada al Instituto de Medicina Legal, donde la doctora que la examinó señaló en su informe que no había señales evidentes que indicaran que la niña había tenido relaciones sexuales. La Fiscalía deberá pedir una ampliación del informe para determinar que pasó realmente, pero del informe forense se desprende que la pequeña de 11 años, no tiene claro que es una relación sexual y probablemente confunda besos o tocamientos con esa acción. Habrá que esperar la ampliación del análisis.

Obviamente el juzgado lo mandó a instrucción formal con detención al tal Herbert Alexander Platero Ángel quien no trabaja desde hace más de una década, se la pasaba todo el día sumergido en las redes sociales y para colmo es portador del VIH. Sí, portador del VIH. Dios quiera que a la pequeña le hagan las pruebas y resulten negativas y que no haya más víctimas ingenuas de este tipo desalmado, a quien se le debe aplicar con todo rigor las leyes.

Desde luego que este tipo es un desalmado, aprovechado y malo en toda su extensión. Él está en tratamiento por el VIH y sabe que perfectamente puede contagiar a cualquiera, además se aprovechó de la ingenuidad de una niña lo que agrava su maldad. En ese caso, la reflexión es que los padres de la víctima debieron tener control sobre el uso y manejo de las redes sociales que hacía su hija. Cómo le permitieron tener redes sociales sin controlar quienes eran sus amigos y cuáles eran los tópicos de conversación. Me pregunto si los padres de esta pequeña no fueron capaces de ver variantes en la conducta de su hija. La lección definitiva es que debemos acercarnos más a nuestros hijos, especialmente cuando son niños (as) y adolescentes, hablar con claridad sobre temas relacionados con la sexualidad y tener control sobre sus redes sociales si les permitimos que las usen.

En resumen, un tipo de 45 años de edad, portador de VIH que no trabaja desde hace 15 años conquista con dolo y mentiras, a través de las redes sociales, a una niña de 11 años a quien le promete casarse y formar una familia. Probablemente la violó y la agrede sexualmente de manera continua. Indignante.

Si el caso de este portador de VIH es asqueroso, igual lo es el de José Ventura Mejía Alejo, un tipo de 28 años de edad, acusado de violar y embarazar a su hijastra de 14 años de edad y procesado por fraude procesal, violación agravada en menor e incapaz y homicidio agravado. Según el proceso este tipo violaba a su hijastra cada vez que quedaba sola con ella hasta que la embarazó. El día que la adolescente dio a luz, el sujeto tomó al bebé, la metió en una bolsa y la enterró. Luego llevó a la menor de edad al hospital donde informaron a la Fiscalía y la PNC que una adolescente había dado a luz y presentaba una fuerte hemorragia. La víctima contó a doctores, policías y fiscales que su padrastro la violaba y que él había enterrado a la criatura.

La PNC llegó hasta la vivienda del sujeto, quien ya había lavado la sangre, por lo que fue procesado por fraude procesal. Posteriormente se le acusó de violación y finalmente de homicidio agravado por la muerte del bebé. En bartolinas judiciales hablé con este tipo quien no mostraba arrepentimiento alguno y casi que culpaba a su víctima por lo ocurrido. En ese momento, al igual que con el sujeto portador de VIH, les desee lo peor.

Reflexión final: Padres de familia, protejan, cuiden y dialoguen con sus hijos (as). El violador puede estar en casa, en el vecindario o tras una computadora embaucando a sus niños (as) y adolescentes. Amemos a nuestros hijos.