En el libro Política, Dinero y Poder, un dilema para las Democracias de las Américas, publicado en el 2011 por la Secretaría General de la Organización de Los Estados Americanos, se explica cuáles son las grandes debilidad que tienen las democracias en Latinoamérica y el riesgo que corren al ser gobernados por personas cuyo único objetivo es la concentración del poder absoluto a toda costa, la censura a medios independientes, la ocultación de cifras oficiales, el control de los recursos públicos y el desmantelamiento de las instituciones democráticas de control de poder para eliminar detractores.

Tal como lo explica el libro; La esencia de la democracia es que los ciudadanos ejerzan influencia sobre los gobiernos a través del libre ejercicio de sus derechos a participar en las elecciones, manifestaciones pacíficas, libertad de expresión y otras formas de actividades políticas. Pero en cualquier sociedad de mercado los recursos con los cuales los participantes pueden competir para influir políticamente son desiguales. La igualdad de derechos no es suficiente para mantener la igualdad de influencia política en sociedades económicamente desiguales.

En consecuencia, no se compite con un partido político sino contra los recursos implacables del Estado, que son utilizados por gobernantes en turno para disuadir y eliminar a sus adversarios y de este modo se prevalecen de su cargo para hacer política partidaria. El libro también aborda el tema: “De lo que todos saben y poco se habla” en esencia todos saben que para hacer política se precisa dinero: para organizar campañas electorales, para sondear la opinión pública, para atraer a sus partidarios a las urnas, para persuadir a los indecisos y para engañar en alguna medida a los votantes negligentes.

El libro continúa narrando: Todos saben que, a través de la necesidad de dinero de la política, aquellos que lo poseen pueden ejercer una influencia excesiva, con consecuencias considerables para nuestras democracias. Sin embargo, a pesar de la importancia de esta cuestión, es un tema oculto en el debate político en nuestros países. El tema del dinero parece escamoteado de la agenda pública, la democracia es una novedad en nuestra historia. Para lograr su fin, el bienestar, deben alertararse las asimetrías de poder para que los derechos sean efectivamente gozados por el mayor número posible de habitantes.

La organización responsable de esta tarea reside en el Estado, que debe actuar para hacer efectiva la voluntad de la mayoría social en el marco del Estado democrático de derecho, entendiendo por tal la sujeción a las leyes y a los controles republicanos, determinados en la Constitución, de tal manera que el poder descanse en tres órganos de Estado, para que exista equilibrio en el poder y no se concentre en la figura de una sola persona, en este último aspecto no se debe olvidar los episodios históricos que nos ilustran los abusos de los monarcas, los emperadores y los tiranos, que han dejado una larga trayectoria de asesinatos y torturas.

Una de estas historias de abuso de recursos públicos es la del Rey Saul, que ocupo el poder punitivo para perseguir a su oponente, el relato Bíblico está en 1 Samuel 18–23 Después de derrotar a Goliat, David se convirtió en héroe nacional. Se le invitó a vivir en casa de Saúl, donde trabajó en estrecha colaboración con él y donde se hizo gran amigo de su hijo Jonatán. No obstante, Saúl se sintió celoso de la popularidad de David e intentó matarlo en varias ocasiones e hizo que los enemigos de David también lo intentaran, de modo que Saúl no escatimo recursos públicos para quitarle la vida a David.

A lo largo de todos esos incidentes, David siguió su amistad con Jonatán y en varias ocasiones éste le advirtió sobre los planes de Saul. De la lectura de este capítulo, vemos una diferencia cada vez mayor entre David, que buscó serle fiel a Dios sin importar lo que pensara el mundo, y Saúl, cuya desobediencia y el no desear arrepentirse lo alejaron de la presencia de Dios. Saúl se convirtió en una persona inicua, asesina y corrupta, mientras que David recibió la ayuda del Señor para su liberación. La mayoría de personas conoce como muere Saúl, sin la presencia de Dios y desahuciado completamente, de manera que el final de los tiranos y corruptos, nunca termina bien.