Hablar de democracia en El Salvador es complejo, hay muchos datos históricos para resumirlo. Algunos recordarán todo lo que hizo Maximiliano Hernández Martínez. Para algunos fue un héroe, para otros, un asesino y destructor de la democracia. Mandó a asesinar a miles de campesinos en 1932.

Los salvadoreños y la comunidad internacional recuerdan la firma de Los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN, fue un acontecimiento histórico de bastante envergadura en El Salvador. Antes de ello, se suscitaron acontecimientos que debilitaron o aniquilaron la democracia. El hecho de firmar la paz el 16 de enero de 1992, no fue la erradicación de todos los problemas. Eso sí, hubo más de 70,000 muertos, todo por tener una democracia solidificada.

El Estado actuó (antes del conflicto armado), pero a favor de las minorías. Eso fue lo que llevó a un malestar de muchos, por eso el FMLN tomó las armas. Los golpes militares fueron el detonante de una aniquilación de la democracia. El Salvador, atravesó esa etapa de la historia, igual los países hermanos centroamericanos. Hubo fraudes electorales por gobiernos militares (Partido de Conciliación Nacional, PCN), hubo represión y un desbordamiento de las clases populares al no sentirse representadas o escuchadas.

En 1992, la democracia salvadoreña estaba en pañales, empezó a resurgir una nueva forma de gobernar, pero la corrupción, la delincuencia, las pandillas, las extorsiones y otros males, empezaron a aflorar.

La democracia salvadoreña en la actualidad está a un hilo de perder todo el Estado de Derecho. Los tres poderes del Estado, el Ejército, Policía Nacional Civil, los jueces están a favor del presidente Nayib Bukele. Recordemos que el pueblo lo eligió democráticamente, mientras tanto, la oposición parece estar silenciada y, poco o nada, hacen otras instituciones para poder restablecer la democracia.

En una democracia debe de haber seguridad jurídica, confianza de la ciudadanía, respeto a los derechos humanos y condiciones de vida óptimas. El actual gobierno está luchando por erradicar la corrupción; sin embargo, los ciudadanos ya no deseamos escuchar más de: extorsiones, asesinatos, personas desaparecidas, migraciones y un sinfín de problemas. Por lo tanto, ¿cuáles han sido algunas señales de querer cambiar el rumbo de El Salvador? La comunidad internacional está reaccionando y verificando que la democracia se hunde en El Salvador, en entrevista realizada a Juan Pappier por el periódico El Diario de Hoy (8/01/2022) manifiesta: “Si el gobierno de Bukele no corrige el rumbo emprendido desde 2019 a 2021, ¿qué le espera al país en 2022? De no corregir el rumbo, es probable que profundice los ataques contra críticos y opositores. Puede hacerlo utilizando al poder judicial para perseguir periodistas y defensores de derechos humanos, o a través de la sanción de leyes abusivas, como hemos visto por ejemplo en Nicaragua, que han sofocado de forma efectiva el trabajo de la sociedad civil”. Es de analizar y esperar el rumbo de El Salvador. Ya tuvimos gobiernos de ARENA y FMLN, ¿será que el nuevo gobierno tiene la solución a tantos problemas?

El deterioro de la democracia salvadoreña se está midiendo, eso lo constata un estudio realizado por la Universidad de Chile “Este deterioro se caracteriza por las amenazas predominantemente de gobernantes electos que erosionan desde adentro sus instituciones y libertades, mientras los mecanismos regionales creados para la protección de la democracia, como la Carta Democrática Interamericana, no están actualizados a estas amenazas y requieren de urgente precisiones y modernización para incrementar la eficiencia en su objetivo”.

Todos los presidentes hablan de democracia, por ejemplo: Joseph Goebbels le creó la campaña e imagen a Adolfo Hitler, contrató a fotógrafos, camarógrafos, a un grupo de personas especialistas en campañas políticas. No le fue fácil para Hitler llegar al poder, perdió elecciones, pero la insistencia y la configuración mediática de su asesor, Goebbels, le ayudó a tener un estilo único y con un liderazgo construido. Sus mensajes, también fueron impregnados de retórica y manejo de la lingüística. La forma de gobernar y sus estrategias de manipulación de masas fueron convincentes.

Volviendo al caso salvadoreño, para poder restablecer la joven democracia en El Salvador se necesita: tener a los tres Poderes del Estado trabajando o ejecutando todo su engranaje de manera independiente, por lo tanto, que cada poder luche sin ataduras. En conclusión, cada paso al detrimento de la democracia ha servido para que muchos ciudadanos se decanten, emigren y pierdan la esperanza de tener a un país libre y democrático. La comunidad internacional y sus diferentes voces, han hecho eco en los medios de comunicación y exhortaron paso a paso de cómo se ha ido perdiendo la democracia. Ojalá que todo vuelva a la normalidad.