El pasado 21 de febrero se celebró el Día nacional de náhuat. Según la UNESCO también se celebró el Día internacional de la lengua materna. Es de suma importancia que se preserve el náhuat y que el Ministerio de Educación intensifique el aprendizaje de este valioso idioma.

No sé náhuat, sin embargo, crecí en Tacuba y escuchaba algunas palabras de parte de los nahuahablantes, Me atrevo a indagar sobre nuestro idioma madre, el que Maximiliano Hernández Martínez abolió en 1932. Martínez dio la orden que asesinaran a todo aquel que hablase náhuat o que fuese indígena. Su pensar era que ellos eran comunistas; además, dio la orden que nadie se vistiera con el traje autóctono.

En entrevista realizada al historiador y docente Alejandro Silverio López, residente en Tacuba manifiesta “En Tacuba, como se mencionó, hubo división entre ladinos e indígenas. No se puede negar que una invasión o ‘conquista’ dejan cicatrices en la historia y esas condiciones generan divisiones. Los ladinos despreciaban a los indígenas o viceversa, pero el ladino discriminaba duramente, tanto qué, el barrio Chilapa era conocido como “El otro Pueblito”, eso era muy discriminativo, sea por las costumbres, el color, etc. Nunca vi con buenos ojos esa aseveración, ya que yo tenía amigos del barrio Chilapa incluso aprendí náhuat con una persona que vivía ahí”.

Algunos municipios se niegan a que desaparezca el náhuat; entre ellos tenemos: Santa Catarina Masahuat, Nahuizalco y Santo Domingo de Guzmán, lugares en donde existe las “Cuna Náhuat”, en donde les enseñan el idioma a niños y jóvenes. Quizá algunos lectores dirán ¿qué ganamos al saber ese idioma? Recordemos que hasta en países de primer mundo como en España apoyan hablar dialectos como el euskera o el catalán. Según el lingüista Jorge Lemus, están incentivando a niños a que aprendan el idioma a través de “Cuna Náhuat”. Son aproximadamente 70 niños que ya lo saben leer y escribir. Lastimosamente en este año ya no apoyará este proyecto, el cual tenía como objetivo salvaguardar el idioma. Fuese excelente que, en cada escuela, hubiese un grupo de docentes que se interesen en aprender y enseñar este idioma ya casi extinto.

Según Ciro Pineda “Sin intervención pedagógica, con actividades mínimas, en cuanto a los nahuas o pipiles en desde sus primeros años de vida el niño aprende náhuat desde su hogar, nos manifestaba el Tata Chelino, su nombre don Marcelino Galicia Fabian, de muy grata recordación, que fue nahuahablante, padre del folclor de Tacuba, en sus diálogos, él manifestaba que aprendió de sus padres, originario del cantón El Jícaro. Unas de sus palabras: alauak (resbaladizo), chiupichin (pequeño), ikpak (sobre), kaktimani (silencio), ukuichti (varón), shucunet (niño tierno), tatakat (humanos), nantsin (madre)”.

Los que crecimos en Tacuba, Ahuachapán aprendimos algunas palabras de origen náhuat y otras por la misma jerga ahuachapaneca como: Alguashte (semilla de ayote), jaral (monte, maleza), nishtamal (maíz cocido), tiankis (mercado), mil (milpa), tapishka (cosechar el maíz), tisat (lápiz, lapicero, tiza), mish (gato), elut (elote), quilite (mata de loroco), neshpino (comida típica de Tacuba, se elabora de maíz tostado, miel de dulce de atado y luego se embarniza con harina para que endure), etc. Según el libro ¡Conozcamos nuestras raíces! Editado por el Ministerio de Educación, algunas palabras que de origen náhuat son: jocote, jícama, ejote, chile, tamal, elote, izote, pacaya, atol, guacamol, tecomate, tacuazín, petate, chacuate, tunco, tecolote, jiote, jute, huacal, chucho, copinol, coyol, cusuco, ayote, cacao, chilate, paste, pepesca, champa, petaca, tabanco, etc.

Para diferenciar salvadoreñismos incorporo algunos ejemplos: guama (paterna), guashuma (piscucha), chingaste (sobra del café o de otro alimento), chimbimba (moneda con valor de 25 centavos), payashna (masa que quedó dura), chimpe (menor de los hermanos), moyote (masa de quesadilla horneada en tuza), cachirulazo (trago de guaro), güishte (vidrio), tetunte (pedazo de tierra compacta), charco (agua sucia), etc.

En El Salvador, aún hay comunidades indígenas, antes de la colonización se hablaba esa lengua. Según la UNESCO, la mitad de las lenguas maternas desaparecerán. En El Salvador quedan pocos nahuahablantes. Es de felicitar a los que apoyan nuestra lengua madre, algunas universidades (Universidad Don Bosco, Universidad Tecnológica de El Salvador) y centros escolares se niegan a que desaparezca esa valiosa lengua.