La Natividad o Navidad es el nacimiento de Jesús, por lo tanto, el mes de diciembre parece que transforma al ser humano, hay un gran motivo. A muchos les llama la atención de ayudar al prójimo y se les ablanda el corazón. No es un milagro, es el mismo ambiente que se respira por doquier. Ateo o no, siempre en los centros comerciales, en las calles, en los hogares, en las escuelas, en el trabajo, por doquier, se respira el ambiente navideño. Nos avisa que será el cumpleaños del nacimiento del Salvador del Mundo.

En la urbe, la gente grita ¡va a querer adornos navideños! Es el pregonar de muchos que desean hacer su diciembre y tener ganancias. Mientras tanto, en algún lugar remoto, la pobreza deambula por los hogares, sin embargo, la fecha no es motivo para sentirse triste, todos saben que es una época para poder compartir y tener un momento inolvidable.

¿Se ha preguntado qué hace en esta época navideña el indigente, el preso, la prostituta, el anciano olvidado en un asilo, el niño sin hogar o el refugiado por una guerra? Cada quien vive la Navidad con diferentes significados. Es una época triste para un anciano, su sueño es estar en un hogar compartiendo con la familia las vísperas de Noche Buena; para la prostituta sería ideal olvidar su amargo trabajo, ella sueña con marcar la tarjeta de una oficina; para el niño que vive en un albergue, sería una quimera comer con una verdadera familia; el indigente anhela con volver a su casa y abrazar a su esposa e hijos, si es que los tiene; el reo tiene un diario personal en donde apunta el día más soñado, estar un 25 de diciembre compartiendo con sus seres amados.

En los centros penales los reos elaboran adornos navideños, es una forma idónea para hacer de la época un motivo para que se deslumbren cambios. Un reo hará en la cárcel el papel principal en la Pastorela, de Jesús. Se espera que más de uno cambie de actitud.

Lo que sucede en esta época es algo fácil de explicar, el espíritu de la Navidad entra en cada ser humano, los cristianos sabemos bien que la estación del año es idónea para ayudar al prójimo y cambiar de actitud. Ojalá no fuese solo en esta época. Recordemos que durante todo el año un ser humano desamparado apetece un plato de comida, desea abrigo y un techo. Lloremos, recordemos y celebremos la Navidad.

En alguna iglesia se adora al Niño Jesús, un nacimiento paupérrimo o de lujo es admirado por los fieles, todos cantan villancicos y alaban el nacimiento; las velas alumbran más el templo y se siente paz. Así es cada lugar en donde se siembra el amor. Es loable que el padre de familia debe enseñarles a sus hijos la importancia de ser generoso.

Es momento de cambiar, no es fácil tener una transformación interna, pero haga el intento, verá que su corazón se ablanda y ojalá sea de por vida. Se espera que en esta época el ser humano de mal corazón cambie la forma de actuar ante la sociedad. Que no sea una fiesta efímera o pagana, que sea un cambio para todos. Sabemos que vivimos en una sociedad convulsionada con tanta violencia. No es fácil. Y, si piensa en ayudar a los necesitados, no haga show, no se tome selfies queriendo decir “yo soy buena persona”, no confunda caridad con hipocresía. Es la Navidad, una palabra que se debe escribir con mayúscula, muchos anuncios publicitarios y en otros escritos se suele leer navidad, no, se escribe Navidad.

Diciembre es el mes más esperado por todos, quizá por el aguinaldo o porque vienen unas vacaciones de fin de año. Cada spot, cada cuña radial, villancico o adorno navideño nos hace suspirar, este tiempo es para cambiar de actitud. Es la época donde nos volvemos más nobles y sensibles. Son los efectos de la Navidad. Se espera una metamorfosis en el actuar de los seres humanos. Cada país lo celebra de manera diferente, al fin y al cabo, es el mismo fin, celebrar el nacimiento de Jesucristo. Entre esa festividad se comparten emails, felicitaciones y augurios de bonanza para el año 2023.

Los aeropuertos se llenan de jolgorio, de llanto, de emociones. En esa multitud de gente viene alguien con el corazón en la mano, su destino está cerca. Le espera una multitud de familiares, a algunos los verá por primera vez. En cada corazón, en cada mente se rebobinan los recuerdos, como una cinta magnética que se guarda en un cajón. La Natividad es la mejor época, nadie lo puede negar.

En cada hogar, no importa la clase social, siempre llegará el espíritu navideño, siempre se encenderá, aunque sea una vela, un arbolito estará en una esquina. María, José y Jesús son siempre los protagonistas. Diciembre nos trae una época nostálgica. Desde que en el calendario avisa que llegó el mes existe una transformación en cada ser humano. Muchos piensan en llevar un regalo a un familiar, pedir perdón al que ofendió y hacer un acto de contrición. Bendiciones a todos, que mañana tenga una ¡Feliz Navidad!