Nadie tiene la certeza de la fecha en que nació Jesús ni la fecha de su muerte y posterior resurrección. Si le preguntamos a algún estudioso de la fe o experto religioso qué hizo Jesús a los 18, 23 o 27 años de edad, con seguridad no tendrá una respuesta certera. La vida de Jesús es pública a partir de su bautismo, cuando comienza a predicar con la verdad, el amor y la compasión. Su espiritualidad es eterna.

Con seguridad la mayoría sabemos que a los 12 años el adolescente Jesús entró a un templo de Jerusalén y mientras María y José regresaron a su casa, el discutía sobre temas teológicos con los sabios. Dice la Biblia que María y José se asustaron al darse cuenta que su hijo no había regresado con ellos, por lo que luego María reprendió a Jesús por haberse quedado en el templo mientras ellos regresaban y que aquel adolescente le respondió: “¿Por qué me habéis estado buscando? ¿Acaso no sabíais que me era necesario estar en la casa de mi Padre?”

Lo más probable es que Jesús, hijo de un carpintero, aprendiera el oficio y que, en su niñez, bien educado por sus padres, fuera un niño como todos. Con el aura de inocencia determinado por la divinidad intrínseca de su misión: el redentor del mundo y el camino a la salvación eterna. Poco sabemos de las fechas precisas sobre la vida de Jesús, pero sabemos que Él es vida pura y que vino para lavar nuestros pecados y allanar el camino hacia el reino de los Cielos. Los caminos hacia Dios son variopintos, pero todos conllevan la necesidad del bien común, del perdón, del amor al prójimo, de la fe, de la justicia y de creer en la Palabra.

Como no había certeza de la fecha de nacimiento al Papa León I , en el año 440, estableció el 25 de diciembre como la fecha del natalicio de Jesús, tal fecha había sido difundida desde el año 221 por el viajero historiador cristiano SextusJulios Africanus. Para todo mundo, el 25 de diciembre es la fecha simbólica del nacimiento del Cristo Redentor, aunque desde hace muchísimos años la fecha se ha desvirtuado y ha pasado a ser una período que marca el espacio suficiente para potenciar el consumismo, pero en el corazón de muchos es el cumpleaños de Dios hecho hombre.

Luego, tampoco se tiene certeza de la fecha de la muerte de Jesús, aunque la Sagrada Escritura señala que el “hijo del hombre” murió en la Pascua judía, que es el acontecimiento festivo para conmemorar la liberación del pueblo hebreo de la opresión del antiguo Egipto. La pascua da paso a la Semana Santa, cuya fecha es variable y oscila entre marzo y abril.

Precisamente fue en el año 325, durante el Concilio de Nicea(concilio ecuménico con obispos de todas las regiones cristianas), donde surgen las normas para conmemorar la Pascua de Resurrección. Ahí se acordó que la Pascua de Resurrección se celebrase en un domingo; que no coincidiese nunca con la Pascua judía, que se realizaba independientemente del día de la semana (de esta manera se evitarían paralelismos o confusiones entre ambas religiones);y que los cristianos no celebrasen nunca la Pascua dos veces en el mismo año. Esto tiene su explicación, porque el año nuevo empezaba con el equinoccio de primavera, por lo que se prohibía la celebración de la Pascua antes del equinoccio real.

Obviamente nadie tiene la certeza de la fecha de su muerte, pero si tenemos la plena convicción que murió tal como estaba escrito en las profecías. Su muerte fue demasiado dolorosa y con su sangre lavó los pecados de la humanidad. Después de ser capturado en el Huerto de Getsamanimientras oraba, enfrentó un juicio donde no hubo justicia. Jesús fue crucificado por los romanos de la época en las afueras de Jerusalén, específicamente en el Monte Calvario o Monte Gólgota. Tan lleno de gloria y bondad era nuestro Jesucristo que pidió perdón paras sus verdugos porque no sabían lo que hacían, perdonó al ladrón que le manifestó su fe y le prometió que ese mismo día estará con él en el paraíso. Al final, tras consumarse todo, encomendó su espíritu al Padre Eterno. Jesús con su sangre lavo los pecados y nos enseñó el camino a la salvación.

Durante su prédica Jesús prometió resucitar al tercer día y en efecto al tercer día lo hizo, como prueba fehaciente que en verdad era el hijo de Dios y que su palabra es el contenido de la doctrina de la salvación eterna. Fue enterrado por José de Arimatea y el Dios de vida lo resucitó entre los muertos y en un lapsus de 50 días se le apareció a muchas personas, antes de ascender al cielo y sentarse a la diestra de Dios Padre.

La pasión de Cristo, tan dolorosa como fue, es la muestra de amor más sincera, universal y divina posible. Los cristianos debemos conmemorarla y vivir en alma y corazón la Resurrección. Debemos abrirnos a la fe y dar gratitud por la vida. Jesús vino por los pecadores y todos, algunos más que otros, somos pecadores, pero si actuamos de buena fe, amamos al prójimo y aceptamos en los más profundo de nuestro ser que Jesús es nuestro salvador y que Él es el camino, la verdad y la vida, tendremos el camino allanado al Reino de Dios.