Hablar de café salvadoreño es de hablar del “grano de oro”, el cual hizo posicionar en todo el mundo al Pulgarcito de América. El café salvadoreño se posicionó como el tercer país exportador a nivel mundial. La producción era de 4 millones de quintales. En otro contexto, gracias al café salvadoreño se construyó infraestructura y se desarrollaron muchas familias.

Hay mil maneras de mercadear el café salvadoreño. Lamentablemente, el ganador de la Taza de Excelencia del año 2021, Ever Díaz, falleció de cáncer. Su legado le queda a la familia. Ese café de las montañas de Chalatenango llegó a valer hasta $75 dólares la libra, el “target” llegó hasta que lo comprase un exjugador de la NBA quien comercializa café de calidad. Recordemos que Estados Unidos es el principal comprador de nuestro café. Los cafés salvadoreños son competitivos a nivel mundial. Cuando usted visite otro país y se siente en una cafetería a degustar un excelente café, pregunte si es producido en El Salvador.

El que es dueño o CEO de una cafetería, cuenta las experiencias de comercializar el café, de ir a las fincas y conversar con los cafetaleros, sean pequeños o grandes. Las cafeterías continúan proliferando en lugares estratégicos en cada municipio. Lo loable del marketing del café es que también está brindando plazas laborales de otra índole, no solo donde se cosecha el café.

Se evidencia aprendizajes de barismo, métodos de preparación, catación de café, etc. También, El Salvador ha tenido ganadores de barismo a nivel mundial (Alejandro Méndez, ganador 2011). El marketing del café hace que las tertulias sean extensas; por ejemplo, cuando se corta el café, cuando las mieles despiden el olor típico. Según estadísticas el café es la segunda bebida de mayor consumo en el mundo.

No es fácil cuando se habla de marketing del café, para empoderar una marca, una cafetería se necesita de trabajo en equipo y una laboriosidad durante todo el año; a saber: 1. Sembrar la semilla, esta debe estar seleccionada, su variedad será la óptima para poder resistir plagas y tener excelentes producciones. La variedad sembrada está clasificada según la altura de la finca. 2. Ver crecer los soldaditos de café es un trabajo arduo. Recordemos que son seis cordilleras en donde se cultiva el café. 3. Disfrutar del verdor de la concha del café y los cafetos con cerezas rojas, es la mejor experiencia.

4. Sentir hasta en el alma el aroma de la flor del café cuando los cafetales están en flor. Desde lejos se avista que los cafetales tienen una capa blanca, es la flor que emana vida, emana un aroma exquisito.

5. Caminar entre cafetales y sentir el aroma de las montañas. El turismo rural, senderismo, ecoturismo, cabañas, “lounge”, etc., son también parte del marketing que proporciona el café.

El Gobierno de El Salvador le sigue apostando a la reactivación de la caficultura. Actividad que se viene realizando desde el gobierno de Sánchez Cerén. El Ministerio de Agricultura y Ganadería está gestionando la entrega de foliares y variedades de cafetos: Cuscatleco, Bourbon, Pacamara, Marsellesa, entre otros.

El Consejo Salvadoreño del Café está participando en ferias, especialmente en países que no son compradores directos de nuestro café. Eso hace posicionar más la marca #CaféDeElSalvador. El Salvador tiene tierras idóneas para seguir cultivando café, un rubro importante para hacer crecer al país en muchos aspectos. El marketing del café es también degustar de aromas como: caramelo, achocolatados, con notas frutales o florales. El café salvadoreño tiene una excelente calidad y sigue compitiendo a nivel mundial.

Y, para empoderar más al café salvadoreño, en Twitter del Consejo Salvadoreño del Café, El Salvador participó en el World of Coffee Milan, Italia, 2022. En conclusión, mientras más productores de café resurjan y se apoye la caficultura salvadoreña en todos los ámbitos, se podrá tener un mejor posicionamiento como país productor. El “grano de oro” ha sido, es y será, un engranaje relevante en el desarrollo del país. Si el café es la bebida más consumida después del agua, será un aliciente que en algún rincón del mundo alguien deguste de una taza de café “Made in El Salvador”.