La semana pasada y cuando nadie lo esperaba el señor presidente de la República Nayib Bukele en cadena nacional de radio, televisión y transmisión en múltiples plataformas de redes sociales dio a conocer la población salvadoreña y comunidad internacional la finalización de la construcción y equipamiento de un nuevo centro penitenciario con régimen de máxima seguridad ubicado en el municipio de Tecoluca, departamento de San Vicente, ubicado a 74 kilómetros aproximadamente de la ciudad capital de San Salvador y una hora con cinco minutos en vehículo particular, dicho municipio se encuentra ubicado en la zona paracentral de El Salvador, a 270 metros sobre el nivel del mar y con una extensión territorial de 284.7 kilómetros cuadrados. Tecoluca significa en el idioma náhuat “la ciudad de los búhos”.

Según el video presentado por el presidente Bukele, el ministro de la defensa nacional, el señor director general de la Policía Nacional Civil y el director general de centros penales, se trata de un centro penitenciario con la infraestructura para que se disponga de régimen de máxima seguridad,- ubicado en un terreno propiedad del Estado salvadoreño de 236 manzanas, de las cuales en 33 se ha construido el centro penitenciario, se encuentra diseñado y construido alejado de zonas urbanas, tiene 70,000 metros cuadrados de construcción, con ocho pabellones donde se encuentran las celdas para personas que pertenecen y tienen grados de autoridad y jerarquía dentro de dichas estructuras criminales, con muros de hasta 12 metros de altura, torres de vigilancia, mallas electrificadas y cámaras térmicas, los filtros en el Centro de Confinamiento para el Terrorismo lo convierten en un búnker carcelario para más de 40.000 personas privadas de libertad. Los muros están hechos en concreto reforzado y, de acuerdo con los propios ingenieros, “ni siquiera el golpe de un camión haría temblar esta gigante barricada que se convierte en el último filtro antes del exterior de la cárcel”

Se trata de una construcción con todos los requisitos y con tecnología de punta para garantizar que ningún prisionero que ingrese a pagar su condena pueda escapar. Un software de video vigilancia con video analítica e inteligencia artificial, personal de la Policía Nacional Civil, Fuerza Armada, custodios penitenciarios y el patrullaje virtual, incluyendo drones con una serie de característica.

Se adoptaron modelos de centros penitenciarios en todo el mundo para construir la que se convierte iniciando el año 2023 en la cárcel con las dimensiones más grandes y con la mayor capacidad individual para personas privadas de libertad en un régimen de máxima seguridad, el más severo.

No existe en este momento en todo el continente una cárcel con estas características y tecnología avanzada en la industria penitenciaria, necesaria en mi opinión para combatir el hacinamiento penitenciario luego de la captura de más de 63,000 pandilleros y colaboradores activos, además el diseño, infraestructura y tecnología está acorde al nivel de alta peligrosidad que ocuparán los diferentes módulos, donde deben en mi apreciación y sugerencia enviarse a los cabecillas históricos de la mara salvatrucha-13 y barrio 18 fracción revolucionarios, sureños, mara máquina, mao mao, mirada locos 13, entre otras estructuras criminales. Luego los cabecillas que se encontraban en libertad, primera y segunda palabra, sicarios y gatilleros, sin faltar los denominados “homeboys” y todo criminal que ordenó asesinatos, desaparición de personas, extorsiones, desplazamientos forzados y delitos contra la integridad sexual.

Este nuevo centro penitenciario salvadoreño denominado por el gobierno Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) supera en seguridad, infraestructura, anillos de seguridad, video vigilancia integral al de Florence, en Colorado, Estados Unidos, donde se encuentra Joaquín “el chapo” Guzmán y otros asesinos seriales de EEUU que fue construido en 1994, y está adaptado al tipo de criminales salvadoreños.

No es las dimensiones, ni la capacidad de celdas, debemos enfocarnos en los niveles del régimen de máxima seguridad y la infraestructura que limita peligros de fuga, comunicación con el exterior. Su capacidad inicial cubrirá las demandas actuales para que los cabecillas estén resguardados cumpliendo sus condenas en un solo complejo penitenciario.