En la Agenda de Inmunización 2030 (AI2030), ratificada por todos los Estados miembros en 2020, El Salvador se comprometió a reducir a la mitad el número de niños y niñas con cero dosis de vacunas en el mundo (es decir, la cobertura de inmunización), y prometió: “No dejar a nadie atrás” (es decir, la equidad).

Cada año, y como un mecanismo de rendición de cuenta de los respectivos ministerios de salud de los gobiernos firmantes, la OMS y UNICEF publican conjuntamente las Estimaciones de la Cobertura Nacional de Inmunización (WUENIC) de 195 Estados miembros. Hace unas tres semanas el reporte de cobertura de inmunización fue publicado.

Las estimaciones de cobertura de WUENIC para 2022 sugieren que, a pesar de los contratiempos de la pandemia COVID-19, los objetivos de impacto de la agenda de inmunización 2030 pueden alcanzarse, pero sólo con un compromiso intensificado y un enfoque decidido para garantizar que los niños y niñas sean alcanzados por los servicios de inmunización y permanezcan en ellos. Muchos de los países firmantes, a través de una estrategia llamada vacunación de recuperación (catch-up vaccination), lograron revertir el impacto negativo que la pandemia del COVID-19 tuvo en la disrupción de servicios de inmunización a su población infantil. Bajo esta estrategia se intensificaron esfuerzos centrados en la equidad, poniendo énfasis en aquellas regiones de cada país donde las coberturas, por razones de aislamiento geográfico y pobreza, fuesen menores. El Salvador, como evidencian las estimaciones de cobertura, no se encuentra entre esos países exitosos.

Según demuestran datos del reporte, El Salvador presentaba una cobertura con la primera dosis de la vacuna DPT en el 2019 de 92 %, es decir: 92 de cada 100 niños había recibido la primera dosis de DPT. Esa misma vacuna durante el 2022 mostraba una cobertura de 76 %. Esto significa una disminución de 16 puntos porcentuales en un periodo de tres años. El mismo reporte, también demuestra que la tercera dosis de DPT también sufrió una disminución, durante el mismo periodo de tiempo, de 15 puntos porcentuales (90 % a 75 %).

La reducción de la vacuna contra el sarampión fue más significativa. Para el 2019, se reportó una cobertura del 85 %, la cual disminuyó al 65 % para el 2022. Esto representa un déficit de 20 puntos porcentuales durante este periodo de tiempo. Este déficit de cobertura se acentúa para la segunda dosis de la misma vacuna, la cual demuestra una reducción de 27 puntos porcentuales, disminuyendo de una cobertura del 85 % durante el 2019 a 58 % en el 2022.

En el ámbito de la salud pública, se considera a la inmunización como uno de los ejes fundamentales de la atención primaria de salud. El descalabro del programa de inmunización en El Salvador, a partir de la pandemia del COVID-19, señala un debilitamiento sumamente peligroso de las estructuras del sistema nacional de salud y un llamado urgente a las autoridades del Minsal para la revisión de la Estrategia del Plan Nacional de Salud. Uno de los principales objetivos estratégicos de los programas de inmunización de los países ha sido reducir el número absoluto de niños y niñas que no reciben ninguna dosis. Esto indudablemente no está pasando en nuestro país, aun considerando la aprobación por la Asamblea Legislativa en el 2021 del decreto N.o 123: Ley Nacer con Cariño para un parto respetado y un cuidado cariñoso y sensible para el recién nacido.

Nuestra población se siente más segura y protegida de la delincuencia que azotaba a nuestra sociedad, pero este planteamiento de seguridad no se ha extendido al área de la salud, donde seguramente nuestra población se siente más desprotegida que antes de la pandemia. La exclusión social de individuos criminales que han venido sembrando el terror en nuestras comunidades, es necesaria, pero igualmente necesario es el asegurar que generaciones futuras de salvadoreños gocen de sus plenos derechos en los ámbitos de la salud y la educación, y así podernos asegurar un futuro libre de criminales y terroristas. El Minsal tiene una deuda pendiente con nuestros niños, niñas y sociedad en general, esperemos que las correcciones necesarias para asegurar la salud de la ciudadanía se ejecuten.