Las cámaras de seguridad instaladas por las alcaldías, la Seguridad Pública, las empresas privadas, los hogares particulares y la ciudadanía en general captan casi a diario a tontos conduciendo de manera intrépida e irresponsable por las calles y avenidas del país a toda hora del día. Muchos le han llamado epidemia de conductores peligrosos y yo le llamo “epidemia de tontos”. Hasta ahora desde que comenzó la epidemia de estos “cuasi animales al volante” (con perdón de los animales) no conozco un tan solo caso en el que no hayan sido condenados en los diferentes juzgados, ya sean en procesos abreviados, juicios sumarios, suspensiones condicionales de los procedimientos. Los fiscales tienen la orden de no ceder en estos procesos, para que culminen con fallos aleccionadores.

Las condenas han ido desde uno a tres años de prisión sustituidos por jornadas de utilidad pública y en algunos casos con estrictas reglas, como la prohibición de conducir cualquier tipo de vehículo durante uno o dos años. Generalmente las sanciones más graves han sido para los motoristas de buses y microbuses o para aquellos indolentes que conducen en estado de ebriedad o dopados.

Recientemente vi llorar a un joven motorista de 29 años luego que el Juzgado Tercero de Paz de Soyapango le impusiera varias reglas de conducta, entre ellas dos años sin poder conducir cualquier tipo de vehículo, con la advertencia que si lo contrataban nuevamente sería él y el propietario de la unidad de transporte quienes caerían en delito. El joven microbusero conducía en doble sentido en la calle antigua a Tonacatepeque y de ribete peleaba vía con otro microbusero, exponiendo la vida de sus pasajeros, la suya, la de los peatones y de los conductores de otros vehículos. “Y ahora de que voy a trabajar para mantener a mis hijas y mi esposa” le decía a su abogado, mientras lloraba y recordaba que también tenía antecedentes penales por tenencia ilegal de armas, pues antes trabajo de seguridad privada sin poseer licencia para portar armas.

Casi a diario se captan conductores peleando vía, manejando en sentido cruzado, atravesándose peligrosamente a otros vehículos, sobrepasando en curvas peligrosas y hasta peleando físicamente en plena vía pública, tal como ocurrió recientemente en la calle adyacente al mercado Belloso de San Salvador, donde finalmente los dos capturados fueron acusados de lesiones mutuas y ambos decidieron conciliar para evitar seguir en prisión. Por alguna razón no fueron acusados de conducción peligrosa, pese a que era obvio que uno se le atravesó al otro llevando pasajeros en sus vehículos. También vemos a motociclistas jugando con su vida y la de otros. Motociclistas inventando un tercer carril o adelantando por puntos ciegos a vehículos pesados cuyos conductores tienen poca visibilidad trasera, sin casco de protección, llevando hasta tres o más pasajeros, etc. Todo está en el lente ciudadano. Nada es oculto. En el caso de la calle antigua a Tonacatepeque, en lo que va del año las cámaras han captado a por lo menos 20 conductores de buses y microbuses circulando en sentido contrario. Y óigase bien, todos han sido capturados, porque al publicarse los videos se hacen virales y la Policía logra dar con esos conductores irresponsables. Si los miles de conductores que transitan saben que hay cámaras instaladas en la zona, porque son tan tontos para cometer una infracción que en el caso de los conductores del transporte colectivo, se convierte en el delito de conducción peligrosa.

En los bulevares Jerusalén, Constitución, Venezuela, El Ejército o en las calles Monseñor Romero, en la avenida Cuba, en la alameda Juan Pablo II, en cualquier arteria de tráfico pesado han sido captados conductores que se han querido pasar de listos cometiendo tonterías, ya sea por llamar la atención, falta de pericia, porque conducen ebrios o drogados o por cualquier otra circunstancia. Si no hay cámaras de seguridad, pues hay ciudadanos que con celular en mano hacen un video el cual antes que pronto lo socializan. Con toda seguridad ese conductor será detenido en menos de 24 horas y será llevado esposado a los juzgados donde recibirá su escarmiento.Así hemos visto que gracias a videos aficionados o de cualquier tipo difundidos en las redes sociales y retomados por los medios de comunicación, la PNC ha logrado arrestar y presentar ante los medios a conductores peligrosos en los departamentos de San Miguel, Santa Ana, La Libertad, San Salvador, Sonsonate, Usulután y el resto del país.

Precisamente algunos de esos videos han permitido esclarecer casos, tal como paso con la muerte del motociclista Rodolfo Antonio Flores, el 30 de septiembre anterior en el bulevar del Ejército. La cámara de seguridad captó el momento en el cual imprudentemente el ciclista Andrés Barillas Valencia iba viendo hacia atrás cuando impacto con la motocicleta, cuyo conductor cayó al suelo, se golpeó la cabeza y falleció luego en el Seguro Social, debido a la gravedad de la lesión.

Todos, no importa se conducimos bicicletas, motocicletas, vehículos sedán, pick ups, camiones, rastras, microbuses y autobuses debemos hacerlos con responsabilidad e inteligencia. Se necesita realmente ser tonto para manejar irresponsablemente sobrepasando en curvas, participar en carreteras clandestinas, pelear vía o conducir en sentido contrario exponiendo nuestras vidas y las de otros. No seamos parte de la “epidemia de tontos”, las cámaras y los teléfonos celulares acechan y ponen en evidencia a los tontos y brutos.