Rick Warren, escritor del Libro Una Vida con Propósito dijo alguna vez que “la peor tragedia del ser humano no es la muerte, sino tener una vida sin propósito”. Toda persona atravesará por su vida ciertos dilemas y a los mejor se hará preguntas como: ¿Hacia dónde me dirijo? ¿Seré capaz de triunfar? ¿Lograré superar a mis padres? ¿Será que tengo el talento para logarlo? ¿Qué será de mi futuro? ¿para qué vine a este mundo? Es legítimo pasar por momentos en la vida en que no encontramos al camino, y esto es así porque cada persona atraviesa condiciones sociales particulares.

También existen otros factores que inciden para que algunas personas no puedan autorrealizarse con las mismas condiciones de otros, por ejemplo: un mal sistema educativo, la desigualdad, la pobreza y la falta de oportunidades, son factores preponderantes para que miles de jóvenes no alcancen sus sueños, sin embargo, la ausencia de estos elementos debería de convertirse en un aliciente para que los menos afortunados, luchen con mayor fuerza en la vida, y darse de esta manera un propósito a su existencia, para alejarse de todo pensamiento negativo.

El problema de una buena parte de las personas pobres, no es la ausencia de recursos, sino la ausencia de esfuerzo y propósitos en la vida, ya que muchos de ellos se conmiseran de la vida pobre que llevan, donde el Estado les ha negado el acceso a los recursos mínimos como al agua potable, la energía eléctrica o un buen sistema educativo, pero a pesar de estas circunstancias adversas siguen existiendo hombres y mujeres valientes y esforzados, que tienen una actitud diferente para enfrentar la vida. Por ello creo que uno de los mejores propósitos para este nuevo año es el desarrollo de la “buena actitud”

El Salmo 138:8 dice así “Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos” esto significa que Dios siempre tiene un propósito para cada uno de sus hijos, pero es fundamental estar atentos y con una buena actitud. Por ejemplo: Moisés el libertador del pueblo israelita, lo había perdido todo, al abandonar la vida de lujos en Egipto, incluso rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado (Hebreos 11:24-25).
Y estando Moisés en una condición difícil, donde no tenía la protección de Egipto. Dios le pregunta ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. (Éxodo 4:2) la expresión una vara, tal vez no signifique mucho, desde la perspectiva humana más que ser un pedazo de madera mal tallado, pero desde la perspectiva espiritual tiene un gran significado, ya que, esa vara se convirtió en un símbolo de autoridad que Dios uso en las manos de Moisés, para establecer las 10 plagas en Egipto, para dirigir al pueblo de Israel hacia la libertad, incluso fue el instrumento en las manos de Moisés para abrir el Mar Rojo.

De modo que en la vida no se trata si se tiene mucho o se tiene poco, para encontrar un propósito, al igual que Moisés, debemos aprender a ser obedientes a la voz de Dios y enfrentar la vida con lo que tenemos en nuestras menos, porque lo demás lo hace Dios, nuestro deber es tener una buena actitud y esforzarnos ante las adversidades de la vida, para evitar estancarnos, y recordar que las riquezas sin esfuerzo son vanas y el amor sin compromiso no vale nada, los grandes personajes de éxito, se esforzaron tanto, que abandonaros los placeres temporales por alcanzar sus sueños y metas.

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. (Josué 1:9)