Todo mundo anda con teléfono celular, listo para hacer fotografías o videos. Las personas que andan a pie, en autobús, en vehículo particular o que circunstancialmente estén en las calles o cualquier sitio, tienen celular a la mano para captar cualquier situación con o sin importancia. Muchos de inmediato suben a las redes sociales lo que captan y algunas de esas fotografías o videos casi de inmediato se hacen virales.

Las esferas de la actividad humana han cambiado muchísimo. Nada o poco de lo que hacemos suele ser privado o íntimo. Estamos expuestos al ojo público y por eso debemos guardar y practicar sanas formas y normas de conducta y convivencia. Si usted conduce como loco, acosa a otra persona o realiza cualquier tipo de conducta irregular o anómala, sepa que cualquiera puede captarlo. Y si no es cualquiera, pues en algunos lugares lo pueden hacer las cámaras de seguridad instaladas por el Estado, las municipalidades, las instituciones, las empresas o las personas particulares. Saliendo de casa estamos ante la exposición informática de la sociedad. Lo cual es relativamente bueno.

Walter W. Caine, un estudioso inglés de la psicología comunicacional afirma que los seres humanos tenemos tres esfera de convivencia social. La pública, la privada y la íntima. La pública es aquella que realizamos apenas salimos de nuestro hogar. Una vez hemos puesto un pie fuera de nuestra casa, todo lo que hacemos pasa a ser del interés ciudadano, porque afecta o beneficia a los demás. Por ejemplo, dentro de nuestra casa podemos andar con ropas menores, pero no podemos salir así a la calle, porque les generará incomodidad a otros. Podemos fumar en nuestro hogar, pero no debemos hacerlo en sitios donde otros fumen obligatoriamente.

Nuestra esfera privada es lo que hacemos o como actuamos en nuestro hogar, toda vez que no afectemos a otros, incluso a quienes viven en nuestro propio hogar. Así, si a mí me gusta la música ranchera, puedo escucharla en mi hogar a volumen moderado, porque si excedo el volumen es posible que a mis vecinos les ofenda esa música, porque ellos prefieren los boleros. Que a un busero o microbusero le guste el reggaetón, no implica que a sus pasajeros les fascine ese ritmo. Mi privacidad que determina mis gustos particulares y mi forma de ser alcanza para disfrutarla hasta donde no afecte a los demás.

La esfera íntima, esa forma de conducta que hacemos en estricta intimidad con nuestra pareja, con nuestra familia o en nuestra soledad, de igual manera no debe afectar a otros. Tenemos derecho a una intimidad sin obligar a otros a ser parte o a conocer los pormenores o detalles de la misma. Por ejemplo, una pareja tiene relaciones sexuales a su libre albedrío y los vecinos o el resto de miembros del hogar no tienen razón para cerciorarse de manera voluntaria o involuntaria, mucho menos ser parte de esas parafilias.

El anterior entretelón explicativo tiene razón de ser para advertir a todos, que lo que hacemos fuera de nuestras casas puede estar siendo captado por cualquier ciudadano con celular en mano. Somos más vulnerables a ser captados en videos o fotografías cuando practicamos conductas negativas como lanzar basura a las calles desde un vehículo en marcha, orinar en lugares no aptos, acosar a otras personas, hacer el ridículo en pleno sitio público, cometer un delito, conducir irresponsablemente, abusar de otras personas, violar las contravenciones establecidas, exponer a otros, y un largo etc.

Últimamente se han viralizado videos de conductores de buses y microbuses que irrespetan las señales y normas de tránsito exponiendo a decenas de pasajeros y a los peatones y conductores de otros vehículos. Estos individuos han sido capturados por la Policía Nacional Civil (PNC) y luego la Fiscalía los ha presentado a los juzgados, donde hasta ahora todos han sido condenados. La legislación actual no contempla una pena grave, por eso a la mayoría se le imponen condenas relativamente leves. Esos videos han sido captados por cámaras institucionales o por pasajeros o peatones.

Igual ha ocurrido con personas agresivas que haciendo el ridículo han atacado a golpes o de manera verbal a otras, sin importarles que estén siendo gravados. Gracias a esas fotos o videos la PNC ha podido hacer lo suyo y atrapar a esas personas insolentes, tal como ocurrió recientemente en las afueras del Instituto Nacional de Berlín, donde un joven fue vapuleado por otro que contó con la complicidad de otros dos. Los tres fueron detenidos y acusados en un Juzgado de Menores, ya que los “flamantes agresores” resultaron ser menores de edad.

Si uno anda fuera de su casa, tiene que portarse bien y guardar y aplicar las reglas de conducta que demanda la sociedad. Uno no puede andar conduciendo exponiendo a los demás, no porque nos puedan captar, sino porque esa es la normativa social que se demanda. Si una persona trabaja como conductor de transporte de pasajeros, debe hacerlo con la pericia necesaria y la conducta propia de un servidor del público, no porque afuera hay cámaras, sino porque es la responsabilidad del contrato social.
Afuera y dentro de nuestros hogares vivamos respetando las normas de conducta por una sana convivencia. Fuera de nuestro hogar estamos expuestos al ojo público de cualquiera que tenga un simple teléfono y haga uso de las redes sociales.