No es nuevo el alzamiento armado descontrolado en la República de Haití. Este último sí que ha sido diferente de los anteriores. Hasta el presente, solo hasta el presente no se han enarbolando banderas políticas, ideológicas, raciales o religiosas; pero es muy posible que todas ellas juntas conformen esta particularidad de toma del poder institucional.

Y observen ustedes que se han multiplicado los esfuerzos, sobre todo a partir de los años setenta con la muerte del médico y político Francois Duvalier “Papá Doc” quien gobernó desde 1957 hasta su fallecimiento en 1971. En este sentido, se adelantó varias décadas a los actuales dictadores hispanoamericanos, dado que llegó a la presidencia mediante el voto popular, y una vez culminado su período presidencial de seis años, lo fue extendiendo.

No le fue difícil gobernar esa mitad de la primigenia isla La Española. Craso error de la historia surgida por múltiples estupideces de los reyes gobernantes de aquél entonces, y la limitada percepción que se tenía sobre la dignidad del hombre, independientemente de su color. Y como al aborigen del Nuevo Mundo los teólogos de la época como Francisco de Vitoria (el verdadero creador del Derecho Internacional) y el clérigo Bartolomé de las Casas lograron que la reina Isabel La Católica, impidiere que el conquistador español categorizase al nativo de estas tierras como esclavo, no se les ocurrió otra fórmula que importar hombres y mujeres de Africa, para venderlos como esclavos al colonizador europeo.

Secuestrar hombres y mujeres de raza negra en Africa y comercializarlos en América fue el gran negocio del momento, ingleses, franceses, suecos y más tarde belgas, portugueses y hasta españoles, cumplieron con el mandato real de la Corona española; no se podía esclavizar al aborigen, al nativo americano, pero sí al nativo africano.

De repente se me asemeja mucho a los políticos actuales de Venezuela, o a una buena parte de ellos, quienes en algún momento se calificaron de “ni-ni” (no estaban con Chavéz, pero tampoco en su contra. Fórmula que se continúo con el tirano Nicolás Maduro); y lo observamos con crudeza brutal, pero a la inversa, en el caso María Corina Machado: ¡cualquier persona puede ser candidato presidencial, pero ella no! (es nuestro aborigen del siglo XXI).

El hecho es que Duvalier gobernó con mano férrea, creó los tontons-macoutes, una especie de fuerza de choque parapolicial que utilizaba contra cualquier oposición, protesta o inconveniente, una especie de los “trenes de Aragua” de Maduro o las antiguas maras de El Salvador, que algunos añoran. Igualmente mantuvo a la población en sus mínimas expresiones de educación formal y muy de las prácticas del vudú, del cual él mismo, a pesar de ser médico, se consideraba una especie de sumo sacerdote.

Al morir, su hijo Jean-Claude Duvaliere, de 19 años, le sucedió en la presidencia hasta 1986 cuando fue derrocado por un golpe militar.

En fin, como se observa, y a pesar de haber sido el segundo país de América en independizarse, Jean-Claude Dessalines, un antiguo esclavo, se proclamó Emperador de Haití bajo el nombre de Jacques I, y desató una limpieza racial a la inversa, invadió el territorio español, ya conocido como Santo Domingo, hasta que fue a su vez derrotado por dos de sus lugartenientes, en 1806.

Uno de ellos fue Alexandre Pétion, quien en 1815 se reunió con Simón Bolívar y le otorgó ayuda militar para invadir Venezuela, a cambio de que le otorgara la libertad a los esclavos. Promesa que Bolívar cumplió con un decreto, que sólo se hizo efectivo en 1848, 18 años después de su fallecimiento en la ciudad de Santa Marta, Colombia.

Y de guerra en guerra, dictador en dictador, hambrunas, terremotos, invasiones, ocupación militar estadounidense (1915-1934), devastación de sus bosques, enfrentamientos con la República Dominicana, nos encontramos en la actualidad ante la presencia Jimmy Chérizier, alias Barbacoa, un expolicía de 47 años quien se escapó de la prisión junto a otros presidiarios, tomó Puerto Príncipe, logró la renuncia del primer Ministro Hariel Henry, y amenaza con absorber el control total del país.

Kenia había sido designada por la ONU y enviar una fuerza fuerza militar de contención, antes de la fuga y la toma de la ciudad capital por parte de “Barbacoa” y sus hombres; sin embargo, Kenia con mucha razón, afirma que se haría presente una vez que se estabilice el país y se conforme un nuevo gobierno.

En esta dramática e irreal situación, que coloca en estado de alerta no solo a la comunidad del Caribe sino en concreto a la República Dominicana, se intentan diferentes negociaciones, todas ellas aparentemente no viables en los actuales momentos.

Y he aquí que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha ofrecido solucionar la crisis de Haití a cambio de algunas condiciones elementales. No obstante, me permito muy modestamente, sin ánimo de crítica, sugerirle al Presidente Bukele, no meterse en este lío, a pesar de su buena voluntad, no sea que le suceda como a los Estados Unidos en el caso de Irak.