Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor. (Marcos 10:42-43). Jesús nos ensenó la importancia de practicar la humildad, ya que la grandeza de un líder no depende de los cientos o miles de personas que tiene a su servicio ni de la riqueza que haya acumulado, sino de su calidad personal.

De manera que la honra precede a la humildad, no hay duda que uno de los líderes más carismáticos y humildes de corazón en toda la historia de la humanidad ha sido, es y será nuestro glorioso Señor Jesucristo, dio un ejemplo enorme, ya que siendo Dios, no se aferró a ello, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo.

Y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:6-11). De modo que la práctica de la humildad, no solo nos acerca a la luz en cambio la soberbia nos conduce a la oscuridad, la humildad nos dirige a la paz, la soberbia te mantiene en el conflicto y la contrariedad. Evidentemente no es fácil practicar la humildad, sobre todo en una sociedad donde se premia la alentaría y el carácter fuerte se ve como una persona soberbia.

Cuando el carácter fuerte debería ser todo lo contrario de la soberbia, es decir una persona de carácter fuerte es la que tiene dominio propio, la que es pronta para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. Estas cualidades son las debemos enaltecer, sobre todo en la sociedad actual en la que nos desenvolvemos, donde prevalece la ley del mas fuerte, y el que grita mas alto es el que pretende tener la razón, dicho en otras palabras no se dialoga ni se administra con madurez las diferencias, sino que que se ataca, difama y se amenaza a la persona.

Pero rara vez se contra-argumentan las ideas, se ha perdido el respeto hacia el ser humano y se humilla a todo aquella persona que no coincide con ideas anarquistas que pretenden estar sobre la Constitución y demás leyes, también se desprecia la academia y se pone por encima de ella a influencer que se adjudican el derecho de saber mas que las ciencia y la filosofía, pero desconocen por completo la historia, en otras palabras para los anarquistas es mas importante un teléfono inteligente y miles de seguidores que iniciar una carrera universitaria.

Academia que le servirá no para hacerse millonario, ni patán, ni orgulloso, al contrario la academia debería permitirle forjar el alma con las letras, fortalecer los simientes del razonamiento, y será un poderoso látigo contra la ignorancia para evitar las falacias de aquellos malos ciudadanos que envenenan la mente de las almas ilusas que creen todo los que se les dice sin constatar nada, por ello se vuelve importante que una nación invierta lo mas que pueda en la educación de los niños y jóvenes, para tener ciudadanos ejemplares y funcionarios rectos.

Esto me recuerda que durante la Guerra Civil de los Estados Unidos, un sargento maltrataba duramente a unos soldados que trataban de sacar una carreta atascado en el barro. De momento se presentó allí un hombre alto y flaco quien pidió al sargento que, en vez de mal tratar, se dedicara él también a empujar y dirigir así con el ejemplo. ¿Por qué he de hacerlo? ¡Yo soy el sargento! -respondió con altanería. Sin pérdida de tiempo el hombre flaco se quitó su chaqueta y se puso a dirigir y ayudar a los soldados.

Cuando se terminó la tarea, se lavó las manos, se puso la chaqueta y caminó hacia el sargento y le dijo -si en otra ocasión usted necesita mi ayuda, llámeme ¿Y quién es usted?, preguntó el sargento. Yo soy Abraham Lincoln, el Presidente de la Nación. “La humildad con conocimiento hace grande a un líder”