Es así como fue a visitarlo el joven abogado y queriendo sorprender al anciano, le hace una pregunta que ni sus mejores maestros de la universidad habían resuelto con certeza ¿sabe usted cual es la Acción Paulina? El anciano abogado, valiéndose de la astucia: dice “asistente traiga por favor a San Google que está en mi Tablet, después de hacer un par de consultas en el ciber espacio responde el anciano; la Acción Paulina, es un mecanismo de defensa de los acreedores, dentro del derecho de obligaciones mediante el cual éstos pueden solicitar la revocación de actos realizados por el deudor en su perjuicio, es decir cuando una garantía no es sufriente o se otorgó de forma fraudulenta” el joven abogado dijo: “¡Juela! ¡Esa respuesta es concreta!” ...
El anciano respondió: “¡Felicitaciones! Usted ha confesado que la respuesta que le di es correcta. Serían $100 dólares”. El joven Abogado se retiró muy enojado por la astucia del anciano colega y decidió volver un par de días después para recuperar su dinero... Y en esta ocasión le hace una consulta mucho más compleja
-¿Sabe usted que es la Acción Oblicua?
- El anciano Abogado dice: Asistente, por favor traiga nuevamente a San Google que está en mi Tablet” ... Respondiendo así: La Acción Oblicua, es una figura jurídica que permite a los acreedores ejercitar los derechos que su deudor tiene, con el objetivo de cubrir a su vez los créditos a su favor y extinguir la deuda. Verbigracia. Tenemos que si un heredero que tiene deudas, renuncia a los derechos hereditarios en virtud de los cuales tendría recursos para satisfacer el pago de tales deudas, por lo que les asiste a los acreedores el derecho de concurrir al proceso sucesorio y aceptar en su nombre la herencia.
El joven abogado impertérrito por la respuesta dice: “¡No lo puedo creer! ¡Me sorprende este viejo infeliz, como maneja San Google!”...Dice el anciano abogado: “¡Felicitaciones! veo que ha comprendido bien la cátedra de Derecho Civil. Serían $100 dólares por la consulta”.......Nuevamente el joven abogado se marchó irritado, por la contundente respuesta a su consulta legal, habiendo perdido cien dólares más. Pero era tan terco el joven abogado que decidió volver una semana después para recuperar todo su dinero.
En esta ocasión el joven abogado le comentó al anciano que cuando cursó Derecho Tributario y Derecho Civil y Mercantil, le costaba mucho hacer cálculos matemáticos y que no sabe cómo hacerlo así que le planteó al anciano abogado, el siguiente ejemplo: Una persona llamada Esteban tiene una deuda contraída con el acreedor Andrés por un monto de $500.000, la cual debía abonar el 6 de septiembre de 2022 pero resulta que llegada la fecha de vencimiento, Esteban no pagó la deuda.
Días después del incumplimiento de la obligación, Andrés el acreedor, le envía un fax reclamando sobre el impago. Ante ese hecho se interpone una demanda en el Juzgado de lo Civil, que termina por sentencia el 15 de noviembre de 2023 en la que se condenó a Esteban a pagar la cantidad más los intereses legales y moratorios. Pregunto ¿cuáles son los intereses convencionales y los moratorios calculados a la fecha de liquidación? Una vez más el anciano abogado usando la astucia dice: “Lo siento, pero para ese problema no tengo ninguna respuesta jurídica. Así que aquí tiene sus $200 dólares de vuelta y le entrega solamente dos billetes de $ 10 en lugar de dos de $100. Ante esa situación el joven abogado dice: ¡Pero esto son sólo $20 dólares!” el anciano dice: “¡Felicitaciones! “Ha confesado que puede multiplicar y ha calculado lo restante de los 200 dólares muy bien”... así que nuevamente págueme $100.
Moraleja: El Derecho se aprende investigando, pero se ejerce pensando. Es lamentable que ahora estemos bajo una nube de indecencia legal, donde las personas que anteriormente defendían el Estado de Derecho y la separación de poderes, ahora defienden las flagrantes violaciones al orden constitucional establecido.