Alos que nos toca vacacionar en toda la Semana Santa, enhorabuena; a otros empleados solo les dan los días más emblemáticos. La semana la tomamos para todo, algunos se las pasan en la iglesia, otros, en la playa y muchos, por falta de dinero, en la casa, tienen una larga semana para ver series en Netflix.

La Semana Santa es diferente en los pueblos, cuando era pequeño me la pasaba viendo películas en un televisor en blanco y negro. Las películas que veíamos en la televisión o en el cine eran: Los 10 Mandamientos de Charlton Heston, El arca de Noé, Moisés, la túnica Sagrada, Espartaco, Ben Hur, etc. Recuerdo que no se podía hablar de otra cosa que, de Jesús, su Pasión, Muerte y Resurrección. Quizá, al crecer en un pueblo, las actividades eran más sentidas y vividas. Aprendí que Dios mandó a su único hijo para salvarnos.

Mientras tanto, en el pueblo buscaban a un niño chele, rubio de ojos azules para que actuase de Jesús, lo montaban en un burro y así iniciaba el Domingo de Ramos. El protocolo en el Viernes Santo era esperar la urna iluminada y con un Jesús delgado, golpeado y ensangrentado. La procesión pasaba encima de las alfombras, algunas personas recogían el aserrín, según ellos, servía de abono para las plantas; ya que estaba bendecido. Como siempre, casi a media noche en pleno Santo Entierro, las velas encendidas adornaban el pueblo. Todo el mundo iba detrás del Santo Entierro.

Reflexionar es lo que realiza la feligresía católica; portarnos mejor con el prójimo, es una señal que estamos cambiando. Todos los cristianos hacen reflexiones en las iglesias, se dirigen a los fieles hablándoles sobre el significado de la muerte, pasión y resurrección de Jesús. Muchos hacen penitencias: ayunan, caminan descalzos, de rodillas, con los ojos vendados hacia la iglesia, cargan las imágenes, se alejan de los vicios, etc.

La Semana Santa siempre es calurosa, las asoleadas en plena Vía Crucis no podían faltar, comprar un fresco en bolsa y pajilla para calmar la sed era una opción. Nuestros padres nos inculcaron respetar la Semana Santa, ¡Dios me guarde alguien anduviese en vehículo, clavara algo en la pared o madera, comiese carne de res o se burlase de las actividades religiosas! ¿Se respeta todas esas costumbres actualmente?

Debemos reflexionar lo que sufrió Jesucristo camino al Calvario. Los que hemos visto la película La Pasión de Cristo de Mel Gibson, nos deja perplejos en los sofás. Fue duro el castigo que le propiciaron a Jesús antes de llevarlo a la crucifixión. Les aseguro que, si usted ve la película, quedará asombrado al ver el dolor que sufrió el hijo de Dios cuando le estaban golpeando y crucificando. Tal vez una película lo haga hacer un acto de contrición.

Actualmente, usted puede reflexionar observando los Vía Crucis realizados en colegios o centros escolares; o los que representan las iglesias, cual actuación hace reflexionar a todos. Fotos y videos aparecerán en redes sociales; sin embargo, que no sea nada más un show mediático, que sirva para cambiar de actitud.

No queremos otra vez a seres humanos que actúen como en Sodoma y Gomorra. Lo pagano es lo que más imita el ser humano. Se espera no haya en las noticias, ahogados por andar alcohólicos, violencia intrafamiliar, accidentes de tránsito y dolor por doquier. Los que son de otras religiones también tendrán tiempo de reflexionar en esta pausa. Las vacaciones se ocupan también para hacer un examen de conciencia, para recapacitar los yerros cometidos en la vida. Ojalá que los balnearios queden pulcros después de vacaciones.

Las vacaciones pasan rápido, muchos se la pasan en sus hogares ebrios o fingiendo estar en paz espiritual con la familia. Nadie es perfecto; sin embargo, no cuesta nada cambiar, ser un mejor ser humano. En este lapso de descanso, ya podemos visitar al familiar que vivía en zonas acechadas por maras o ir a lugares en donde hoy se respira paz. Disfrute con prudencia, no deje que el demonio se apodere de su mente y haga estupideces.

En este momento, recapacitar en la Semana Mayor es un asunto personal, no es solo ir a las iglesias, asistir a las procesiones o cumplir los preceptos; es también pensar que El Salvador necesita de una reconversión total para cambiar. Que estas fechas sean un aliciente para clamar por la paz. Piense en cosas buenas y tendrá cosas positivas en la vida. En conclusión, la idea es que sea una mejor persona.