Las infecciones respiratorias agudas contraatacan. Clínicas y hospitales asociados a la Universidad John Hopkins anunciaron la semana pasada que recurrirán al uso obligatorio de la mascarilla para pacientes, visitantes, y empleados (tanto personal médico como personal de apoyo). Esta nueva política se basa, según su dirección, en reportes epidemiológicos que indican un alza continua durante los últimos meses en enfermedades respiratorias causadas por el COVID-19, influenza y el virus sincitial respiratorio.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 10 mil muertes causadas por el coronavirus fueron reportadas durante el pasado mes de diciembre a nivel global, así como un resurgimiento del 42 por ciento en el número de hospitalizaciones, y un 62 por ciento en el número de admisiones en las unidades de cuidados intensivos. Estas características epidemiológicas coinciden con el surgimiento de una nueva variante dominante, JN.1, y con sus fluctuaciones anuales que, influenciadas por el comportamiento de la gente durante la época fría, aunado a la disminución persistente en la aplicación de vacuna, presenta repuntes durante la temporada de invierno. Los profesionales de la medicina y los funcionarios de salud pública afirman que se enfrentan a un creciente escepticismo sobre las vacunas contra el coronavirus, especialmente entre los conservadores. La última reacción fue la del máximo responsable sanitario de Florida, que instó a la población a dejar de recibir vacunas contra el coronavirus ARNm, citando afirmaciones desacreditadas de que podrían contaminar el ADN de los pacientes.

La nueva variante JN.1 Pirola del COVID-19 ha sido clasificada por la Organización Mundial de la Salud como una variante de interés, lo que significa que tiene características que la hacen diferente de otras variantes y que se están estudiando. JN.1 es una subvariante de Ómicron y tiene una mutación única en su proteína de pico que podría afectar su comportamiento, como las capacidades de evasión inmune. Aunque se ha propagado rápidamente en varios países, aún no hay evidencia de que cause casos más graves de COVID-19 o represente un mayor riesgo para la salud pública. Los síntomas asociados con JN.1 incluyen afonía o ronquera, congestión nasal, estornudos, fiebre, pérdida de olfato, tos y dolor de cabeza. Las vacunas actuales parecen ser efectivas contra JN.1, ya que es una subvariante de Ómicron. La nueva variante dominante, parece ser mucho más hábil para infectar a las personas vacunadas o previamente infectadas que las variantes anteriores y se teme que JN.1 pueda ser la variante más contagiosa desde Ómicron. A pesar de su rápida propagación, aún no hay evidencia de que JN.1 cause casos más graves de COVID-19 o represente un mayor riesgo para la salud pública.

En nuestro país, según noticias recientes, se ha producido un aumento de las infecciones respiratorias en las clínicas del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). El ministro de Salud, Francisco Alabi, ha instado a la población salvadoreña a mantener las medidas de prevención contra las enfermedades respiratorias. Sin embargo, el Ministerio de Salud ha informado de una reducción del 24% en los casos de infecciones respiratorias agudas (IRA). Es importante señalar que estos informes son de octubre y principios de enero, y la situación puede haber cambiado desde entonces. Según datos del mismo Ministerio de Salud, en septiembre de 2023, se reportaron 43,036 casos de IRAs, lo que superó los registros de los últimos tres años. Este aumento de casos de IRAs también afecta a la población infantil, probablemente a causa de una mayor circulación del virus sincitial respiratorio. El Ministerio de Salud ha informado que ha habido un aumento en las infecciones respiratorias desde la semana epidemiológica 36, que corresponde del 3 al 9 de septiembre de 2023. Además, se ha reportado un aumento en los casos de influenza tipo B en comparación con el año anterior. También se ha informado de un aumento en la circulación de virus respiratorios, incluyendo la influenza A H3N2, parainfluenza, virus sincitial respiratorio (VSR) y adenovirus.

Es indudable que estamos ante una ola creciente de afecciones respiratorias. Durante la reciente pandemia se nos enseñó las maneras más efectivas de protegernos, con la vacunación liderando. La mejor recomendación para aquellos grupos de personas vulnerables es que se vacunen contra la influenza y el COVID-19.