La sociedad posmoderna se caracteriza por ser materialista, individualista y egoísta, es una sociedad de consumo, que carece de conciencia histórica. Se enfoca en la deconstrucción, y en la ruptura del orden epistémico moderno, de la misma manera se define a la posmodernidad como el feminismo de la segunda y tercera ola, vinculado a la justicia de género y violencias de género, hasta llegar a lo que ahora se conoce el feminismo marxista que es una corriente que defiende la abolición del capitalismo y la implantación del socialismo como forma de liberación de las mujeres.

En fin rechazan los valores tradicionales y no les interesa tomar en cuenta el diseño de Dios para la familia, siendo el hombre la cabeza de hogar y la mujer el complemento quien imparte la dirección de la enseñanza en valores a los hijos, después de todo no hay mejor cuidado y educación para los hijos que la que reciben directamente de su madre y la instrucción que les provee el padre, de manera que con la agenda global 2030, se desarticula ese pensamiento familiar y se abre paso a la diabólica ideología de genero que pretende adoctrinar a los niños en las desviaciones sexuales que promueve el aborto y el anarquismo familiar, de modo que elimina la autoridad del padre sobre los hijos y rompe con el diseño de Dios, por considerarlo retrogrado y patriarcal.

¡Pero cuan equivocados están todos aquellos que apoyan la agenda global 20230! la cual sin duda será la perdición de la raza humana, dado que siempre debe de haber límites a las acciones humanas y esos límites sin duda los encontramos preferentemente en la Biblia y en algunas leyes terrenales. Sin embargo, el posmodernismo, a lo malo llama bueno, y a lo bueno malo, y todo ello ha venido siendo impulsado por la ideología de genero.

El apóstol Pablo advirtió sobre ello: También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita (2 Timoteo 3:1-5). Hemos llegado a los días donde las personas buenas son perseguidas por los malos.

De tal suerte que la corrupción y la maldad esta a la orden del día, incluso hombres religiosos por temor de perder sus altos ingresos producto de las ofrendas y diezmos de la feligresía, abandonaron las verdades Bíblicas por los placeres temporales y le han dado paso a la agenda global 20230 en sus iglesias, permitiendo que se mancillen las enseñanzas de nuestro glorioso Señor Jesucristo, en virtud que están ordenando al ministerio a homosexuales, transexuales y mujeres lesbianas, al grado que ofician bodas entre personas del mismo sexo y permiten que se practiquen abortos.

La historia universal está cubierta de momentos decadentes producto de hombres y mujeres que perdieron la capacidad de estar en la verdad, que evitaron oír las voces de sus conciencias y también las voces autorizadas de aquellos que con razón les llamaban la atención ante actos corruptos. Es decir que ahora estamos frente al terrible deterioro espiritual donde algunos lideres cristianos perdieron la autoridad moral de enseñar entre lo bueno y lo malo, para encausar a las generaciones actuales y esto es así porque muchos de ellos abandonaron el consejo de Dios y se desviaron por la mentira

Como le ocurrió a la iglesia de la Odisea: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. (Apocalipsis 3:15-18)