Alguien dijo ¿para qué me servirán las matemáticas?, cuando estudió derecho o ciencias jurídicas, no recibió asignatura que llevase números; sin embargo, cuando le tocó que ver la herencia de nueve hermanos, a quienes les repartieron un terreno a todos por partes iguales, se preguntó ¿cómo le haré?

Algunos niños no saben las operaciones básicas, rápido sacan su calculadora o smartphone para que le solucione el problema. Menudo problema tendrá si en el futuro quiere estudiar una ingeniera o carrera que lógicamente tenga que usar las matemáticas o números. Tener una calculadora era un lujo. Y, era lo mejor ver al docente pasar dos horas resolviendo ejercicios y acabándose las tizas o yesos.

En los medios de comunicación nos hemos enterado de algunos estudiantes que no saben ni cuáles son los símbolos patrios, no creo se sepa cuántos municipios hay en El Salvador y cuáles son las cabeceras departamentales. Opino que no es culpa solo del Ministerio de Educación, es culpa de los padres de familia que se acomodaron. Para variar ya no se ve al maestro como alguien que solo él podía enseñar. You Tube lo resuelve todo.

Las estadísticas reflejan deserciones de estudiantes, pocos terminan noveno grado o bachillerato y entre miles de bachilleres, pocos se gradúan de la universidad. La cultura o moda de un joven salvadoreño está enfocado en migrar, ya no piensa en profesionalizarse.

Uno de los mejores inventos de la historia, la Internet, hizo pasivos a muchos niños y jóvenes, los confinó en un mundo de ocio y que le resuelve todo problema, simplemente lo ingresan a Google (antes era Yahoo).

Algunos dicen, ¿para qué me servirá tantos aprendizajes si en el futuro no se utiliza todo? Véase los errores ortográficos de muchos alumnos. ¿Qué debe cambiar, debe volver la PAES, debe haber supervisión, debe cambiar los planes de estudio, deben de hacer más práctico el contenido?

El maestro enseñaba con libros y los estudiantes iban a las bibliotecas a investigar. Por eso es que, en la actualidad, las bibliotecas, adolecen de visitantes. En los centros escolares se debe enseñar inglés u otros idiomas.

Antes, la educación era al estilo “aprendes o te castigo”, quizá eso fue un punto importante para que los estudiantes fuesen más responsables. Siempre existirán alumnos haraganes y alumnos que desean aprender.

Los tiempos cambian y no quiero comparar a los colegios élites con las escuelas públicas, sabemos que hay grandes diferencias; sin embargo, el que desea aprender y superarse lo logrará con esfuerzo propio.

En las escuelas se debe enseñar medio ambiente, emprendimiento, arte, cultura y por ende las asignaturas básicas. Todo enfocado en un modelo STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas. Un modelo que se puede aplicar en cualquier nivel educativo. Los estudiantes aprenden a tener un pensamiento crítico, les ayuda a solucionar problemas, son creativos, innovadores, investigadores, colaborativos y líderes.

En un escrito mencioné que el presidente francés Macron incorporaría los dictados y la enseñanza de caligrafía en las escuelas. Se corrobora que muchos niños y jóvenes les cuesta escribir, se la pasan todo el día escribiendo en las redes sociales. Y, no echemos la culpa en sí a la pandemia covid-19. Antes de esos dos años de virtualidad ya se veían esos comportamientos de los alumnos.

En definitiva, haga la prueba y pregunta cuestiones básicas a un hijo, familiar o amigo y verá que le costará contestar. El sistema educativo debe de hacer una reingeniería y hacer pruebas serias de lo que están aprendiendo más de un millón de estudiantes en El Salvador.

En este país, cada gobierno ha cambiado los planes de estudio y las currículas educativas. Todos han querido ser protagonistas, al final, los estudiantes parecen “conejillos de indias” con quienes experimentan cuál modelo pedagógico es el mejor que aprendan. Lo curioso de este gobierno es que no encuentra a un ministro de educación idóneo para cambiar el rumbo de la educación.

La educación debe ser el pilar para que todo país salga adelante; sin embargo, es esencial que un niño y joven aprendan conocimientos generales en las escuelas (ciencias), pero también deben aprender modales o urbanidad, valores, filosofía (para saber qué es la vida) y todo lo que le haga crecer como ser humano.